Adaptarse al espacio universitario europeo no lleva aparejado un aumento de las tasas. Otra cosa es que, ante la perspectiva de que las universidades públicas tienen unas necesidades de financiación no resueltas y la evidencia de que el estudiante solo sufraga, de promedio, el 15% del coste de la carrera, hayan comenzado a oírse voces acerca de la necesidad de incrementar esa aportación. En cualquier caso, quienes piensan así dan por sentado que ello es inviable si, previamente, no hay una mejora sustancial de las becas.