No fue grave, pero para los vecinos de las cuevas de los Cabezos es una prueba de que cualquier día puede ocurrir una tragedia. El techo de una habitación de una de estas viviendas se vino abajo ayer como consecuencia de los problemas provocados por las filtraciones que sufren desde hace tiempo. En ese momento no había nadie en el lugar, por lo que sus habitantes expresaron que no hubo muertos "de milagro".

José Manuel Remiro, yerno del propietario y portavoz de los afectados, explicó que fue su suegra la que encontró "la habitación hundida" al entrar en la estancia. "Se ha desprendido todo el techo, y debajo podría haber estado mi hijo pequeño, mi mujer o cualquiera", lamentó Remiro, antes de reiterar que la situación "lleva una década igual y cualquier día se caerá algo y matará a gente". A su juicio, "no hay voluntad política para remediarlo porque muchos piensan que aquí solo viven personas en situación de marginalidad".

Los vecinos llevan ya tiempo denunciando esta situación. A principios de mes, el alcalde, Martín Llanas, respondió que las medidas para poner fin al problema ya están en camino y anticipó la puesta en marcha de la primera fase de un proyecto que, a partir de ahora, será "prioritario", según aseguró. Sin embargo, los afectados criticaron que el primer edil no se reuniera con ellos para explicarles las propuestas y que tuvieran que conocerlas "a través de los medios de comunicación". Asimismo, aseguraron que pondrían en marcha medidas de presión si este encuentro no se produjese en un plazo máximo de quince días.

El momento ha llegado y ahora anuncian que emprenderán acciones, incluso legales --aunque a nivel individual-- para poner fin a esta situación y exigir responsabilidades al alcalde. Así, el próximo sábado por la mañana celebrarán una asamblea para decidir las primeras actuaciones.