"TBZ me amenazó con denunciarme por incumplimiento de contrato si no le seguía sirviendo en el recinto de la Expo, a pesar de que ya me debía unos 150.000 euros". Con indignación recuerda las presiones recibidas Sergio Arteaga, responsable de la empresa Elfin Toys, que fabricó los famosos peluches de Fluvi. La fama le llega, sin duda, por ser el artículo más vendido en las tiendas oficiales, pero su experiencia en la muestra "no fue un camino de rosas". Ahora deja una pregunta en el aire: "¿Alguien se acuerda de los días en los que no había muñecos que poder comprar en el recinto?".

La respuesta es sencilla y forma parte de la turbulenta relación comercial con la empresa que recibió el encargo de Expoagua de gestionar la concesión de licencias de los productos oficiales Expo y de la explotación de las tiendas: TBZ. Así lo explica: "Después de aguantar varios meses de pagarés devueltos, más de 150.000 euros en facturas sin cobrar y promesas incumplidas, decidimos a finales de julio dejar de servirles nuestros muñecos hasta que no pagaran. Así, los peluches se agotaron y estuvieron sin una sola unidad durante 72 horas. Les explicamos claramente que para recibirlos debían pagar por adelantado o, si no, olvidarse de él. Entonces Expoagua nos suplicó que no lo hiciéramos, pero me presionó más a mí que a los portugueses".

La organización lo achacó en su momento, de cara a los medios de comunicación, a "un problema de logística". En la tienda se aclaraba a los visitantes que se estaba "pendientes de recibir más", incluso antes de llegar a un acuerdo ¿Cómo era posible que la Expo se quedara sin el peluche de su mascota, sin su producto estrella? Sorprendía más porque, por citar un ejemplo, los estantes de El Corte Inglés presentaban ante sus clientes numerosas unidades a diario ¿Cuánto le costaría llevar unos cuantos a Ranillas?

La solución llegó después de varias llamadas, "incluso a altas horas de la noche", con disculpas y coacciones a partes iguales según quien estuviera al otro lado del teléfono. Sin ningún pudor. Y al final hubo acuerdo, que pasaba por el pago por adelantado de cada pedido, y por transferencia bancaria ("no por correo como pretendía TBZ", que tardaba entre 10 y 15 días en llegar), "descontándole el 5% por pronto pago y la parte proporcional correspondiente al canon". De la deuda, ni hablar.

Su relación comercial con TBZ fue tensa desde el principio. En un correo electrónico remitido a la jefa del área de Licencias y Concesiones de Expoagua, Marta Gargallo, le expuso sus intentos por conseguir esta previsión "por si se veían obligados a hacer un pedido al que no pudieran hacer frente". Elfin Toys es el único licenciatario de Expo que logró cobrar durante la Expo de TBZ España, la filial española en la que su matriz portuguesa delega ahora toda su deuda con los licenciatarios de la muestra, cuando se ha consumado su cierre.

"Me deben aún más de 150.000 euros, tenemos que hacer frente al pago de 60.000 euros a nuestros proveedores, no hemos podido invertir para la campaña de Navidad y nos ha dejado al borde del cierre. Lo que más me preocupa son los catorce trabajadores que deja sin empleo", explica el gerente de Elfin Toys. El horizonte para el futuro de esta empresa no sobrepasa, por el momento, el marcado por el próximo mes de febrero.