Jordi Hereu regresó ayer de Vancouver, donde durante cuatro días repasó a fondo todo los detalles que comporta la organización de unos Juegos Olímpicos de Invierno, el próximo gran reto que el alcalde de Barcelona ha planteado para la ciudad a pesar de que tiene que competir con Zaragoza, que llevaba varios meses antes trabajando en su candidatura.

"Hemos hablado con mucha gente del Comité Olímpico Internacional y ven bien que Barcelona regrese al juego olímpico. Están encantados y nos han animado a seguir", indica Hereu. De hecho, el acalde de la capital catalana percibió la similitud entre los Juegos de la ciudad canadiense y el proyecto que quiere impulsar en Cataluña, con la complicidad de las comarcas del Pirineo, aunque reconoce que habrá "que trabajar mucho para generar ese consenso social y ciudadano" que admite que aún no existe en la ciudad. También quiere "buscar el consenso" con los grupos políticos, puesto que salvo el PP y CiU, ambos con condiciones, no apoyan la cita. Ni siquiera sus dos socios de Gobierno, ICV y ERC.

Sobre su relación con el alcalde de Zaragoza, Hereu deja entrever que tal vez las relaciones no sean las mejores: "pocas horas después de anunciar nuestra idea, el pasado 13 de enero, hablamos una vez. Pero ya no lo hemos vuelto a hacer". Tampoco quiere entrar en polémica con la candidata rival, Zaragoza, por lo que se desprenden de sus declaraciones: "Veo que ellos emiten mensajes, pero nosotros trabajaremos centrados en lo nuestro, y nuestra estrategia será explicar lo que queremos hacer, lo que nos motiva, lo que nos ilusiona y lo que podemos aportar. Sencillamente".

El alcalde dejó el claro mensaje de que Barcelona "se va a tomar muy en serio esta nueva aventura", a la vez que pide confianza al movimiento olímpico y se compromete, si sale elegida, a impulsar la versión invernal de la cita deportiva más importante.

"La receptividad ha sido muy buena, claramente", prosigue el dirigente socialista, quien también reconoce que en algunas personas "ha habido caras de sorpresa". Hereu sabe que el principal escollo está en España, porque deberá "convencer clarísimamente a los miembros del Comité Olímpico Español". "Y para eso debemos trabajar con solvencia nuestro proyecto técnico", continúa.

VIABILIDAD Del viaje a Vancouver, ciudad que ha acogido los Juegos, se lleva "la idea reforzada" de que el proyecto catalán "es viable y adecuado". Y no solo eso, sino que sorprendentemente afirma que han comprobado en el terreno, "el planteamiento de combinar mar y montaña no solamente es posible, sino que lo desea el movimiento olímpico".

También, de forma contradictoria, indica que lo que no es exportable de Vancouver es que "ha habido poca nieve" y que el equí acrobático se ha hecho a 30 kilómetros de la ciudad y a solo 900 metros de altitud. "Se la jugaron mucho", indica.