Un trabajador del servicio de limpieza de la residencia Romareda sufrió hace dos semanas un accidente, junto a otros tres empleados, provocado por contacto con un desinfectante corrosivo. El afectado, que padece una leve discapacidad intelectual, requirió que se le practicaran dos injertos en las rodillas por la gravedad de las heridas y continúa ingresado en la Mutua de Accidentes de Zaragoza.