Arrabal.

Una carrera con casco, patucos y pañales

Una competicón en taca-taca ha sido el acto más entrañable de las fiestas del barrio.

Una carrera con casco, patucos y pañales

Una carrera con casco, patucos y pañales

La organización aseguraba que suelen ganar los más pequeños, pero el pasado viernes no se cumplió el pronóstico. Sergio, de 16 meses, fue el campeón absoluto de la carrera en taca-tacas que organizó la comisión de fiestas del Arrabal. Caminando con soltura, recorrió los 30 metros en tan poco tiempo que muchos de sus compañeros ni siquiera habían atravesado la línea de salida.

La disputa estuvo en las posiciones posteriores y eso que muchos no habían entrenado prácticamente nada. "Saioa solo tiene diez meses y seguro que se nos cansa en mitad de la prueba", explicó su madre Leire, encantada con el original acto. "Nos parece muy divertido, pero creo que no tenemos opciones de ganar porque nuestro pasillo es muy pequeño y no ha podido ensayar casi nada", dijo.

En una situación parecida se encontraba Paula, de 14 meses. "No ha tenido nunca taca-taca, ella siempre utiliza un correpasillos" reconoció su madre Patricia González.

En los boxes, minutos antes de comenzar la carrera, todos los competidores estaban nerviosos, aunque no supieran muy bien lo que se esperaba de ellos. Unos lloraban y otros ponían cara de velocidad. A todos les quedaba el casco enorme. De repente, la entrenadora de Alejandro, de siete meses, el piloto más joven de la competición, descubre que su hijo ha perdido los zapatos. Por suerte, un bebé de seis meses que no participaba en la carrera le prestó sus ruedas. "El nuestro cuando tenga diez meses les ganará a todos", comentó la generosa abuela.

La carrera dio comienzo y la calle Valle de Zuriza vibró como en las mejores carreras de la Fórmula Uno. Jorge, de trece meses, enseguida se hizo amigo de su ayudante en boxes y era como si hubiera llevado casco toda la vida.

En la línea de meta se mezclaban las felicitaciones a los pequeños con algunas excusas. Jorge quedó el segundo porque según bromeaba su madre "le han dado miedo los payasos". Otros padres justificaban la clasificación recordando pinchazos y otros sucesos durante la carrera como el padre de Hugo, de quince meses, que quedó penúltimo.

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