"La corrupción urbanística se premia en España en las urnas"

La corrupción urbanística es una parte de la corrupción general, un lastre para las instituciones, para la vida pública y para la vida social. Pero también es la manifestación de un fenómeno generalizado que muestra una crisis ética en toda la sociedad. Es un mal endémico, estructural y al margen de ideologías, que no genera reproche social, y en muchos casos es premiada con una legitimidad en las urnas". Así de contundente se mostró ayer el expresidente de Navarra Juan Cruz Alli en su partipación en el seminario de Derecho Local de la Fundación Ramón Sáinz de Varanda, promovido por la Federación Aragonesa de Municipios, Comarcas y Provincias.

El también profesor de Derecho Administrativo de la Universidad Pública de Navarra impartió la conferencia titulada Urbanismo: corrupción y control sobre la actividad administrativa. Una valiente y completa radiografía que forma parte de un trabajo pendiente aún de su publicación y que ayer, sin pelos en la lengua, adelantó en parte.

"En el caso de La Muela se produce un hecho nuevo, ya que la generación de plusvalías no solo procede del suelo para la edificación, sino que se relaciona con los beneficios de la producción de energía. Pero, por lo general, la corrupción urbanística se produce en zonas de mucha densidad y riqueza, y solo se libran de ella aquellos territorios en donde no se genera un beneficio rápido", ligado, afirmó, al planeamiento, los convenios urbanísticos y las recalificaciones.

Por eso pidió a las administraciones autonómicas un mayor control de la legalidad. "El proceso de corrupción de Marbella no es posible sin la pasividad de la comunidad autónoma", destacó.

FINANCIACIÓN DE PARTIDOS Juan Cruz Alli, que en el ámbito político es el actual portavoz de CDN en el Parlamento de Navarra, destacó el hecho de que "los casos de corrupción urbanística solo trascienden cuando hay hechos delictivos que son noticia", pero como dato a tener en cuenta señaló que "según el Tribunal de Cuentas, más del 24% de las subvenciones públicas, no electorales, que reciben los partidos políticos proceden de corporaciones locales".

Desde Marbella a Seseña pasando por Baleares, Estepona, Madrid y gran parte del Levante, sin olvidar el caso de La Muela. Gran parte de la geografía española tiene ya su mancha negra, que nace, entre otras razones, "por las plusvalías que se derivan del planeamiento. Al vincular la edificación a la propiedad del suelo, y convertir éste en un bien generador de beneficios".

Para frenarlo, aseguró que hay que "introducir medidas de transparencia y de control legal, político y social". No obstante, apostó por que la competencia urbanística se mantenga en los ayuntamientos, al ser innato a la propia naturaleza de la vida local.