El PP ha decidido en esta ocasión no agitar las aguas del trasvase y ha preferido atenerse al decálogo que firmaron hace cuatro años sus líderes territoriales de Aragón, Valencia, Castilla La Mancha y Murcia, en política hidráulica. De este modo, entre sus propuestas de resolución derivadas del debate de la Nación, el Partido Popular presenta, dentro del apartado destinado a la sostenibilidad ambiental, una en la que quiere "impulsar la ejecución de las obras de regulación necesarias, en el proceso de revisión de los Planes Hidrológicos de Cuenca, que superen la Declaración de Impacto Ambiental y supongan una clara necesidad para los usuarios que las demanden, dada la previsible situación de incremento de escasez de agua e irregularidad de las precipitaciones, como consecuencia del cambio climático". Estos postulados se alejan de la insistencia de los populares levantinos en reclamar el trasvase (algo que hacen cada vez que pueden) y se acercan a los asumidos y defendidos dentro del partido por el Partido Popular aragonés.