La impotencia y el desánimo se ha adueñado de los municipios ribereños. La lentitud en la ejecución de los planes previstos para minimizar los efectos de las riadas se ha convertido en una nueva amenaza para ellos, que observan cómo cada día que pasa se estrecha más y más el cauce con nuevos cantos, islotes y exhuberante vegetación, convirtiendo aquello en una auténtica selva intocable. En su mente siguen las imágenes de la excepcional riada del 2003, la peor en décadas, pero también las posteriores y la cantidad de promesas recibidas.

"¡Dicen tantas cosas, pero hacen tan poco!", se escucha al unísono al acercarse a cualquiera de estos pueblos. En los últimos años, estas tierras han padecido continuas inundaciones, lo que ha provocado que, en unas zonas, las motas hayan crecido en número y en altura, mientras que en otras, los propios agricultores hayan optado por sustituir las cosechas propias de la huerta (coliflor, brócoli y demás hortalizas) por otras de secano (alfalfa y cereales varios) o incluso por choperas. Por ejemplo, 120 hectáreas de las 700 del término de Cabañas son ya choperas.

Gallur y Cabañas saben que son los primeros en donde este mes de julio, o a primeros de agosto, comenzará a dragarse el Ebro con el fin prioritario de proteger a la población. Así se comprometió la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) dentro de un proyecto global de prevención --para los municipios del tramo medio del Ebro--, que incluye la realización de áreas de inundabilidad controlada, cauces de alivio, mejora de la capacidad de desagüe de los puentes de Novillas y Pradilla de Ebro y la limpieza.

A LA ESPERA Se trata de las dos localidades que no tienen zonas naturales protegidas, mientras que Pradilla, Novillas, Boquiñeni, Alcalá, Pina y Fuentes de Ebro deben recibir del ministerio la declaración de impacto ambiental. Y desesperan, porque admiten que ese verano es ya prácticamente imposible iniciar las obras.

En total se prevé la retirada conjunta de unos 126.000 metros cúbicos de material en los seis ayuntamientos que lo han solicitado, unos 20.000 por municipio. Aunque, de momento, ni en Gallur ni en Cabañas tienen constancia de cuándo comenzarán, pendientes aún tanto de la contratación de la maquinaria como de la prospección de Margaritífera auricularea. De ahí que hayan acudido al Gobierno aragonés para que inste a la CHE a acelerar los trámites por razones de interés público.

Por otro lado, ya han concluido las áreas de inundabilidad controlada de Novillas, Pradilla y Pina y prácticamente una segunda en Pina que podría también funcionar, que han costado 4.410.000 euros Y los alcaldes estudian las propuesta de cauces de alivio en Novillas, Pradilla-Boquiñeni; Alcalá de Ebro; Cabañas de Ebro y Pina de Ebro.

El caso es que alcaldes y veci-