Tres miembros de una familia de Santa Isabel murieron ayer ahogados en la poza en la que desagua la central del embalse de Santolea, en el cauce del río Guadalope en la localidad turolense de Castellote.

La familia, formada por los tres fallecidos y una hija de catorce años, que fue quien dio la alerta al 112, estaba pasando el día en las inmediaciones de la presa. A mediodía, el padre, Eduardo Galvez Gómez, de 50 años y natural de Alcañiz, entró en la balsa, construida con cemento pero de difícil acceso y que tiene vallada buena parte de su perímetro precisamente para evitar incidentes. El fuerte chorro de agua que llega a ella --ayer, 3.000 litros por segundo-- provoca remolinos y turbulencias que en ocasiones han engullido a otras personas.

Las diferentes fuentes consultadas manejaban ayer dos hipótesis para explicar el siniestro. Una apuntaba a que habría entrado en la balsa para bañarse. La otra, a que podría haber caído en ella por accidente. Al poco de entrar en el agua comenzó a pedir auxilio. Llegó primero su esposa, Herminia González, y después la hija mayor de ambos, Pilar. No pudieron rescatarlo. Los tres corrieron la misma suerte y fallecieron ahogados.

La hija menor del matrimonio logró llamar al 112, a cuyos operarios pudo explicar en qué zona se encontraban. Faltaban unos minutos para las tres de la tarde.

Rápidamente, tanto la Guardia Civil como Protección Civil y los Bomberos de Alcañiz enviaron efectivos a la zona. Los segundos acudieron con un furgón de rescate y una barca que finalmente no utilizaron.

Los responsables del dispositivo pidieron a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) que cerrara la central eléctrica de la presa para facilitar el rescate de los cadáveres. El de la muchacha seguía en la poza. Los de su padre y su madre, respectivamente, fueron localizados 200 y 250 metros aguas abajo en el cauce del río, a donde, al parecer, fueron arrastrados por la corriente tras el corte del chorro del desagüe.

El equipo médico de Mas de las Matas certificó los fallecimientos, según informó la Subdelegación del Gobierno en Teruel. Sobre las seis de la tarde, la jueza de guardia de Alcañiz ordenaba levantar los cadáveres y trasladarlos a Alcañiz para hacerles la autopsia.

Paralelamente, un equipo de psicólogos se hacía cargo de la niña de catorce años, que fue trasladada al hospital de Alcañiz tras pasar por el centro de salud de Mas de las Matas, donde intentaron paliar su estado de ansiedad y shock administrándole tranquilizantes.

ANTECEDENTES Los vecinos de Castellote consideran la balsa en la que desagua la central de Santolea los caudales que turbina como la zona más peligrosa del embalse, en la que ya falleció un ciudadano francés a mediados de los años ochenta y de la que otras personas pudieron ser rescatadas con vida.

"La zona, vallada y de acceso difícil pero no imposible, parece no tener peligro, pero tiene un badén en el que se crea un remolino capaz de arrastrar a una persona", explicó el alcalde de Castellote, Ramón Millán. "La mujer y la hija han ido a la desesperada para tratar de salvarlo y han acabado muriendo los tres", añadió.