La comunidad se recupera poco a poco de las tormentas caídas desde la tarde del miércoles en distintos puntos de las tres provincias, que han llegado a triplicar en tan solo unas horas la media de las precipitaciones registrada en julio y a incrementar el caudal de algunos ríos en centenarres de metros cúbicos por segundo. La lluvia y el viento sembraron el caos en Huesca, que ayer se recuperaba de las inundaciones y los daños. Varios campamentos tuvieron que ser desalojados en la provincia, donde los pluviómetros registraban ayer niveles muy superiores a los del resto del mes. Mientras tanto, el Bajo Aragón, en Teruel, veía cómo buena parte de sus cosechas se perdían por el granizo.

La intensidad de las lluvias se dejó notar en los ríos. En el Pirineo, el Susía llegó a registrar en la noche del miércoles un caudal de casi 200 metros cúbicos por segundo, cuando normalmente no llega ni a uno. Las tormentas dejaron en Jaca más de 80 litros por metro cuadrado, con una intensidad máxima de 17 litros en una sola hora, lo que provocó inundaciones en bodegas, garajes y locales de la plaza de la Catedral y la avenida Juan XIII, sobre todo. Los pluviómetros también registraban cifras significativas en puntos como Búbal, con 102 litros por metro cuadrado frente a las máximas de 31 en julio, Canal de Berdún, con 75 litros por metro cuadrado, Formigal, con 137, o Lanuza, con 131.

DAÑOS Y REPARACIONES Bomberos, Policía y los propios vecinos de Huesca trabajaban ayer para reparar los daños de la tormenta que en apenas veinte minutos descargó el miércoles unos 15 litros de agua por metro cuadrado, con ráfagas de viento huracanado que llegaron a alcanzar los 112 kilómetros por hora. La luz se fue en torno a las 23.00 horas, por lo que los efectivos tuvieron que retirarse ante el riesgo. La capital altoaragonesa miraba ayer al cielo ante la posibilidad de que el fenómeno se repitiera, aunque las lluvias no llegaron a los niveles del día anterior.

La concejala de Seguridad Ciudadana, Amalia Aso, realizó ayer un balance de los daños provocados por la tormenta. La entrada a la ciudad por la avenida Ramón y Cajal quedó cortada al tráfico al caer sobre la vía uno de los árboles que bordean la calle y numerosas zonas, como el conservatorio o el párking del centro comercial Coso Real, quedaron inundadas. El viento provocó además la caída de ramas y cascotes. En este sentido, Aso recomendó a los presidentes de las comunidades de vecinos que se realicen revisiones en las fachadas de los edificios para evitar los desprendimientos, que se produjeron, por ejemplo, en un edificio del Coso Alto.

Por su parte, el jefe del Parque de Bomberos de Huesca recomendó a los afectados ponerse en contacto con sus seguros para subsanar las incidencias en sus propiedades particulares, ya que Bomberos, Protección Civil y Policía Local se encargan de subsanar los daños relacionados con el mobiliario urbano, árboles o farolas. La tormenta arrancó chimeneas, aparatos de aire acondicionado, antenas o toldos.

La DGA recomendó ayer prudencia ante las tormentas. No aparcar junto a un río, alejarse de espacios con verjas, no permanecer en colinas elevadas o no buscar refugio bajo un árbol son algunas de las medidas difundidas por el Ejecutivo ante la posibilidad de que las inclemencias de las últimas horas volvieran a repetirse.