El alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, ha inaugurado hoy la calle Miguel de Ara de la ciudad, una reivindicación histórica y de "mucha importancia" para el entorno de San Pablo, además de cerrar el ciclo de intervención en esta zona.

"La obra tiene mucha importancia y mucho interés en el barrio", ha dicho Belloch en declaraciones a los medios de comunicación, al tiempo que ha apuntado que "responde a reivindicaciones vecinales" y "cierra un ciclo", ya que se termina así el entorno de San Pablo que había que arreglar.

Los trabajos, que comenzaron el pasado mes de febrero, han permitido mejorar el estado del área urbana integrada por la calle Miguel de Ara, Ramón y Cajal, Echeandía y un tramo de Boggiero, una intervención que ha contado con un presupuesto de 748.641 euros.

DOBLE TRATAMIENTO DEL PAVIMENTO

Se ha llevado a cabo la renovación de todo el pavimento, que ha tenido un doble tratamiento, ya que por una parte se ha optado por un enlosado de piedra artificial de color gris en la plazoleta del Padre Pedro, frente a la sala Oasis, y en las conexiones de esta superficie con la calle Conde Aranda, mientras que en el resto de las calles se ha elegido adoquín prefabricado de color gris, ha detallado el Ayuntamiento.

Las obras han permitido además renovar las redes de abastecimiento de la zona, instalando tuberías de fundición dúctil; las arquetas, las tomas domiciliarias y los hidrantes, de manera que se aporta modernidad a los servicios de la zona a la vez que se reduce drásticamente el peligro de averías en el sistema.

También se ha modernizado la red de saneamiento y se han saneado los pozos de registro y los sumideros y se han suprimido los cruces aéreos de los cables de telefonía y de electricidad.

SIMBOLISMO EN LA PLAZA DEL PADRE PEDRO

Junto a las labores de modernización de las infraestructuras, la intervención ha permitido además incorporar un elemento simbólico a la plaza del Padre Pedro, que tiene por objeto rendir homenaje a la influencia que el Oasis ha tenido en sucesivas generaciones de zaragozanos.

Así, los propios técnicos del área municipal de Infraestructuras realizaron el diseño de una bailarina, que se ha realizado en chapa de acero. Se trata de una figura de 60 centímetros de altura, sin relieve, que se apoya en un vástago y que se alza sobre un pedestal de acero corten, componiendo un conjunto de 2,54 metros de altura.

El pedestal incorpora en sus cuatro caras figuras alusivas a instrumentos musicales y a artistas, que previamente se han troquelado en las cubiertas de los dos alcorques que están preparados junto al conjunto ornamental.