El alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, aseguró ayer que si la ciudad pasa el corte en septiembre para ser candidata a la Capitalidad Europea del 2016 se acometerá una reestructuración global y profunda en el área de Cultura para "especializar los trabajos, concentrar esfuerzos y poner más gente", aunque no concretó si la continuidad de Míchel Zarzuela como director general de Cultura del ayuntamiento esté garantizada y solo afirmó que "de momento" no se le va a cesar de su puesto.

Por contra, si no pasa el corte, tan solo habrá "cambios puntuales" en el organigrama, aunque tampoco descartó tajantemente que se pueda producir su salida. Su futuro está marcado por esa fecha, finales de septiembre, en la que el proyecto de Zaragoza será evaluado en Madrid. Y en caso de que se produzcan cambios se contaría con gente de la casa porque "no está la situación para contratar gente de fuera".

Belloch aplaza así la polémica por un cese que otras fuentes municipales dan por hecho. Aunque es posible que acabe en dimisión y no en cese. Fuentes próximas a Zarzuela aseguraron ayer a este diario que el director de Cultura no está dispuesto a continuar en estas condiciones en su puesto hasta el punto de que podría renunciar tras el examen de la Capitalidad. Las tensiones se han acrecentado en los últimos días y se tomará las vacaciones para reflexionar su decisión.

APARCAR LA POLÉMICA Pero el alcalde prefiere aparcar esta polémica, sobre todo porque su resolución no se producirá antes de octubre. Al menos eso espera. Y también prefiere dispar las dudas en esta fase "fundamental" para un proyecto como la candidatura del 2016. Por eso insistió en que será cuando se conozca el resultado cuando se decida "dónde pueden trabajar mejor" cada uno de los "muy buenos funcionarios" del ayuntamiento, "entre ellos Michel Zarzuela".

Por otra parte, Belloch sostuvo que el enfrentamiento entre el consejero de Cultura y Grandes Proyectos, Jerónimo Blasco, y el director general no es tal, a pesar de que son muchos los que conocen sus diferencias y roces, que han acrecentado la tensión en el seno del área municipal.

Mientras, ayer coincidieron ambos en la reunión del consejo de administración de Zaragoza Cultural, en la que se aprobaban algunos expedientes de contratación para las próximas fiestas del Pilar. A su llegada, el consejero Blasco rehusó hacer declaraciones a los medios de comunicación y no fue posible ni siquiera tomar imágenes de la celebración de la reunión.

El director general de Cultura tampoco quiso entrar a valorar la polémica que se ha suscitado por su posible cese y solo manifestó: "Soy un profesional. Estoy para lo que diga el alcalde". Sobre su futuro ni una palabra. Al fin y al cabo, el alcalde ya había hablado sobre su situación y ratificado su confianza ("de momento").