La Confederación de Empresarios de Zaragoza (CEZ), la Confederación de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME) y la Cámara de Comercio e Industria de Zaragoza han pedido hoy al Ayuntamiento de Zaragoza la congelación de los impuestos municipales para 2011, entre ellos el IBI. Ante la situación de crisis que actualmente soporta el tejido empresarial, demandan la congelación del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) y del Impuesto de Actividades Económicas (IAE) o, como máximo, que la totalidad de las Ordenanzas Fiscales no suban por encima del IPC, explican en un comunicado. El acuerdo adoptado por las organizaciones empresariales y la Cámara de Comercio también contempla la presentación de alegaciones a la propuesta de la ordenanza para el año que viene y entablar un diálogo con el consistorio para buscar acuerdos que no lesionen los intereses, la competitividad y la economía de las empresas. CEPYME, CEZ y la Cámara de Zaragoza han analizado la propuesta de Ordenanzas Fiscales para el año 2011 planteada por el Ayuntamiento de Zaragoza, en la que destaca la subida del 20 por ciento del IBI no residencial en inmuebles cuyo valor catastral supere el millón de euros. También han llamado la atención sobre la subida propuesta de entre un 20 y un 51,5 por ciento en el Impuesto de Actividades Económicas (IAE) para las empresas con una facturación superior al millón de euros y en función de la categoría fiscal de la calle donde se ubique, ya que probablemente habrá un incremento de los coeficientes de ponderación de algunas categorías de calles. Las organizaciones empresariales y la Cámara de Zaragoza recuerdan que diversas capitales españolas -como Bilbao o Málaga-, han optado por la congelación de los tributos municipales con el objetivo de reducir al máximo la presión fiscal sobre la ciudadanía, facilitando de este modo la reactivación de la economía. Los representantes empresariales señalan que los tributos municipales resultan vitales en la financiación de los ayuntamientos, pero el tejido empresarial, creador de riqueza y empleo, está inmerso en una situación de crisis donde la falta de demanda, la dificultad en los cobros y la dificultad de financiación son factores, entre otros, percibidos por la mayoría de las empresas con preocupantes expectativas de prolongarse. Esta situación se verá agravada ante una mayor presión fiscal, recalcan. Además, advierten que si las empresas deben pagar más dinero con la subida de los impuestos, frenarán el gasto con el objetivo de reducir costes para su propia supervivencia, una medida que dificultará la generación de empleo en las empresas y estiman que podrían dejar de generar 250 puestos de trabajo en la ciudad durante el próximo año. Los representantes de las empresas apuntan además que es falso que los incrementos tributarios propuestos tiendan a gravar "las rentas más altas". "Muy por el contrario, intentan incrementar la presión fiscal sobre activos afectos a actividades empresariales que, por su naturaleza, no son susceptibles de generar rentas a favor de su propietario", concluyen.