El arzobispo de Zaragoza, Manuel Ureña, cree que en el conflicto de los bienes religiosos entre las diócesis de Barbastro-Monzón y de Lérida "la suerte está echada" y el tema práctico, en estos momentos, es la devolución a sus propietarios legítimos, las parroquias oscenses que las reclaman desde hace quince años. Así se ha pronunciado el arzobispo tras colocar a la Virgen del Pilar el nuevo manto que hoy ha entregado Cáritas Diocesana de Zaragoza y que ha sido bordado en Jerusalén por mujeres palestinas. En declaraciones a los medios de comunicación, Ureña ha asegurado desconocer incluso que se había producido hoy una reunión entre los obispos de Lérida, Joan Piris, y de Barbastro, Alfonso Milián, y el nuncio del Papa en España, Renzo Fratini, en Madrid, así como si se había producido algún acuerdo al respecto. "No me han metido por el medio y tampoco tienen por qué", ya que es un asunto que compete a las citadas diócesis, ha recordado monseñor Ureña. Aunque ha reconocido que es un asunto que preocupa a todos los estamentos de la Comunidad autónoma, ha insistido en que "una cosa es que moralmente estén todos los aragoneses involucrados en el tema pero realmente es un contencioso de dos diócesis". En el caso de que se haya producido un avance en la reunión de hoy ha expresado sus felicitaciones, pero mantiene que "la suerte está echada, porque las sentencias de la Santa Sede reconocen que los verdaderos titulares de los bienes es la diócesis de Barbastro". En este conflicto "no hay ninguna novedad" ha reiterado Ureña quien ha subrayado que ahora el "tema práctico" es la devolución, "algo que no tiene vuelta de hoja" y que será "más pronto o más tarde".