Los robos y las descargas ilegales de residuos que aprovechan el libre acceso al recinto --ha desaparecido la puerta metálica, así como los carteles indicadores-- no solo son un problema legal, sino que pueden afectar a la salud de los que buscan restos metálicos, y también al medio ambiente. Entre los restos hay algunos industriales peligrosos, ya que cuando se habilitó la instalación no existía la selección de residuos de este tipo.

Pero además, las excavaciones y los movimientos de tierra, realizados incluso por grupos organizados que acuden con maquinaria, podrían destrozar la red de tuberías y otras infraestructuras que impiden que el metano y otros gases generados por la basura salgan al exterior.

Este es el motivo de que las obras que hay que acometer tengan tamaño coste --aunque según la fuente varía entre los 25 millones de euros o más de 30--. No solo hay que enterrar los residuos, sino controlar y vigilar los niveles de gases y lixiviados propios de la descomposición de estos residuos. Además de regenerar el terreno que ahora ocupa la basura.

No hay cálculos de las millones de toneladas de residuos en Torrecilla de Valmadrid, pero en el último ejercicio en activo, el 2008, cuando se depositaron 1.181.638 toneladas, 350.000 de ellas correspondientes a residuos industriales.