Sala de máquinas
Meter o no al socio en la lista, he ahí la cuestión.
Una de las pocas cosas que todavía separa a los dos grandes partidos nacionales (pequeños e inoperantes frente a la gran crisis) es su estrategia electoral. Me refiero, concretamente, a su disposición a compartir espacios, papeletas y escaños con segundos partidos, aliadas fuerzas de su espectro político.
Que en el caso del PP podría ser, para poner un ejemplo próximo, el Partido Aragonés. Ambas formaciones han hablado ya de la posibilidad de concurrir conjuntamente a las próximas elecciones generales, cita que, según va resistiéndose a convocar por anticipado Rodríguez Zapatero, parece no se adelantará al previsto marzo de 2012. En cualquier caso, para esa fecha PP--PAR podrían ofrecer a sus votantes aragoneses una opción conjunta a las Cámaras nacionales, en especial al Senado. Para el PAR, naturalmente, sería una dorada oportunidad de recuperar presencia en la política nacional; para el PP de Luisa Fernanda Rudi, un elemento de consolidación de su pacto con los nacionalistas de José Ángel Biel.
El PSOE, sin embargo, pese a haber permanecido aliado con el PAR entre 1999 y la primavera de 2011, nunca abrió sus listas a su socio de gobierno autonómico. Puede que tampoco al PAR le interesara, no lo sé, pero el hecho es que su alianza, sólida y completa en tantos aspectos, no incluyó la extensión de las urnas. ¿Error, omisión? Más bien la aplicación de una cuestión (por otra parte muy respetable) de principios socialistas.
No sería, volviendo al ejemplo anterior, la primera vez que el PP se alía electoralmente con fuerzas nacionalistas o regionalistas. Ya lo hizo en Aragón, también con el PAR, en los ochenta, y con UPN, con muy distintos planteamientos y resultados, en la vecina Navarra. Después de estas tentativas, sin embargo, ese balbuceante modelo de la derecha no tendría continuidad y sería el PSOE de Felipe González, primero, y de ZP, después, quien se llevaría el gato al agua en las negociaciones con los partidos periféricos, atrayéndolos casi sin excepción a su órbita y transformándolos en aliados o socios más o menos coyunturales de sus políticas autonómicas.
El resultado de esta nueva alianza PP--PAR en Aragón, con o sin listas comunes, está aún por ver. Para las generales tendremos ya una primera evaluación, nota que seguramente influirá en su examen individual o conjunto.
Escritor y periodista
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