Los peregrinos que estos días visitaron Zaragoza, se despidieron ayer con una misa multitudinaria antes de dirigirse a la capital con motivo de la visita del Papa del 18 al 21 de agosto en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). Estuvo presidida por Manuel Ureña, arzobispo de Zaragoza, y contó con la presencia del obispo de Barbastro-Monzón, Alfonso Milián, el obispo de Teruel, Carlos Escribano y el arzobispo de Burdeos, Jean-Pierre Ricard.

La eucaristía se celebró ayer por la mañana durante dos horas en la plaza del Pilar, sobre un escenario colocado junto a la fuente de Goya. Los asistentes se extendieron hasta más allá de la puerta baja de la basílica. Además de los jóvenes católicos, un no escaso número de zaragozanos también estuvo presente, entre ellos la concejala María Jesús Martínez del Campo. Algunos dispusieron de sillas colocadas en el centro de la plaza, mientras el resto buscó cobijo en la sombra de los porches junto a gran cantidad de mochilas apiladas, ya que a pesar de la hora temprana, el calor no dio tregua. En las primeras filas se sentaron los 75 sacerdotes que más tarde repartieron eucaristías a los feligreses. Lo hicieron bajo un paraguas azul y blanco portado por voluntarios, para facilitar su localización. La cerámica de Muel que contenía las sagradas formas se les dio después como regalo.

Palmas, risas y vítores no faltaron en un oficio en el que destacó la participación del coro de peregrinos, que cantará también en Madrid. Una actitud festiva muy similar a la habitual en conciertos o acontecimientos deportivos, incluyendo las numerosas banderas agitadas y personas a hombros. La mayor parte de la misa fue oficiada en español, pero también hubo lecturas en inglés, francés e italiano. Ureña recordó durante la homilia el peligro de las tentaciones y destacó la importancia de la JMJ. "Estáis camino de Madrid porque allí va a hacerse especialmente presente Cristo", expresó durante el sermón. Al término de la eucaristía, algunos grupos pusieron rumbo directamente hacia la capital, mientras que otros lo hicieron a lo largo del día. Los voluntarios zaragozaros partirán hoy.

Marc Wolterink es el responsable de grupo de 100 jóvenes holandeses. Es su tercera JMJ, pero la primera como encargado. Lo que más captó su atención de la misa fue que "los católicos españoles expresan su fe con todo el cuerpo, por ejemplo se besan al dar la paz o se santiguan al salir a la calle", afirmó. "Me parece muy bonito ver que somos diferentes pero que formamos parte de una gran familia".