La XIV edición del Descenso del Cinca en piragua congregó ayer en torno a 800 palistas, en un evento recreativo y deportivo que cada año coge más auge y atrae a un mayor número de aficionados. La prueba, considerada de interés turístico de Aragón, se desarrolla entre Fraga y Mequinenza, a lo largo de 19 kilómetros y en esta edición ha servido también para concienciar a la población de los peligros de las especies invasoras, en concreto del mejillón cebra, gracias a una campaña realizada por la CHE.

La participación de la prueba competitiva contó con mas de 300 palistas, y la popular con unos 500 participantes de todas las edades, por lo que la Federación Aragonesa de Piragüismo calificó la jornada de "todo un éxito de participación y de público a lo largo del recorrido". El descenso está organizado por la comarca del Bajo Cinca, los ayuntamientos de Fraga, Torrente de Cinca y Mequinenza, los clubes Caiac Baix Cinca y Capri Club y las federaciones española y aragonesa de Piragüismo.

La prueba competitiva se ha convertido en la actualidad en una cita importante dentro del calendario nacional y, de hecho, está incluida por la Federación Española de Piragüismo como prueba dentro de la Liga Nacional de Ríos y Travesías, puntuable para esta especialidad.

Pero la jornada trasciende lo puramente deportivo y se ha convertido en un evento lúdico para los pueblos ribereños. De hecho, acuden a la misma, bien como espectadores o como participantes, cientos de vecinos, que disfrutan de numerosas actividades culturales que se realizan en torno a la bajada.

En total, ayer se dieron cita en las orillas del Cinca representantes de un total de 38 clubes nacionales. En la categoría de kayac, la más concurrida, los ganadores en la modalidad de K2 fueron Jonathan Salas y Óscar Martínez del Cueto, del Club Piragua Sirio, de Asturias, mientras que en K1 el primer puesto correspondió a Vicente Tortajada, procedente de la Peña Piragüista Antella, de Valencia.