La organización ecologista Greenpeace anunció ayer, por medio de un comunicado, que iniciará acciones legales contra la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) por permitir el incumplimiento del permiso de vertido de aguas de refrigeración que otorgó a la central nuclear de Garoña y que ha provocado que el agua del río Ebro haya incrementado su temperatura diez grados centígrados, a su paso por la instalación.

Esta autorización, otorgada por la CHE el 18 de octubre del 2007, permite a la central provocar un aumento máximo de tres grados centígrados de las aguas del Ebro respecto a la temperatura que el agua alcanza en las zonas alejadas de la instalación.

Sin embargo, las mediciones que se realizaron el pasado mes de agosto a petición de los ecologistas de Greenpeace a entidades homologadas por el Ministerio de Medio Ambiente demuestran un incremento de hasta diez grados, más del triple de lo autorizado, según denunció, en un comunicado, la organización.

"Dada la actitud oscurantista mostrada por la CHE al respecto, y ante su prolongada y deliberada inacción para atajar la contaminación térmica que produce Garoña en el Ebro, Greenpeace, tras meses de espera, ha decidido iniciar acciones legales contra el presidente de la CHE, Rafael Romeo", declaró Carlos Bravo, responsable de la campaña de Energía de Greenpeace.

Desde el pasado mes de abril, los ecologistas solicitaron a la presidencia de la CHE y al Ministerio de Medio Ambiente que revoquen "de forma inmediata" la autorización de vertido del agua de refrigeración de la central nuclear al río, "una vez constatada -- de forma reiterada -- la vulneración por parte de Garoña de las condiciones de dicha autorización".

Greenpeace cita un informe del Ministerio de Medio Ambiente del 1 de julio del 2009 que ya alertaba de los problemas actuales de refrigeración de Garoña, a pesar de lo cuál la CHE permitió este ascenso de temperatura.

Al contrario de lo que sucede en la central nuclear de Ascó en Tarragona, también en el Ebro, la CHE "no realiza controles termométricos propios en el entorno de la central" ya que esta entidad considera "suficientes" los que realiza Nuclenor.

Así lo reconoció la propia CHE a Greenpeace en un escrito de fecha 31 de enero del 2011, según dijo la organización ecologista. En las mediciones que realizaron, a solicitud de Greenpeace, las entidades colaboradoras de la administración hidráulica el pasado mes de agosto, los ecologistas concluyeron que el incremento de temperatura no se debe a la acción solar, sino, "en gran parte, al vertido de la central nuclear".