JOAQUÍN CARBONELL

--¿Tantos seguidores de Lorca hay en el sector?

--Alguno lo hemos leído... Cierto que se hizo más famoso por la canción de Manzanita.

--¿Y por qué lanzan esta campaña?

--Por sensibilizar a la opinión pública, con la diferencia de que en esta ocasión estamos todos los que pertenecemos al sector. Teniendo en cuenta que tiende al individualismo...

--Las cuatro patas son?

--El sector de la ingeniería, el cooperativismo, la industria agroalimentaria y las organizaciones que representan a los agricultores. Es un gran punto de partida, que nace con vocación de continuidad.

--Hay mucho tópico alrededor: que la fruta está muy cara y que los agricultores ganan poco.

--Es una contradicción: es cierto que los agricultores ganan poco, la mitad que la renta media de un ciudadano. Y es cierto que el consumidor lo percibe como algo caro.

--¿Y no es tan caro?

--Conociendo el proceso desde que sale del campo hasta que llega a su mesa, eso no es caro. Y si encima queremos consumirlo en una bandeja cerrada, fuera de tiempo... aún es más caro.

--¿Hay que modernizar el campo?

--Creemos que no. Es un tópico pensar que ese campo está retrasado tecnológicamente. La agricultura es una tecnología que se lleva innovando hace 10.000 años. Y también queremos desmontar que los que trabajan en el campo no están formados...

--¿Sobre todo por la gente joven?

--Por supuesto. Cuántos jóvenes ingenieros se han incorporado al campo, por pura vocación, asumiendo las nuevas tecnologías.

--¿Qué pretenden ustedes?

--Dar a conocer en su esencia y realidad, la agroalimentación. La proximidad a los alimentos no asegura el conocimiento, y en realidad provoca una distorsión.

--¿Y Aragón tiene algún problema específico?

--De despoblación. Ese entorno acompaña poco y fomenta un tipo de agricultor que vive en un entorno más desfavorable. Queremos transmitir la necesidad de una producción eficiente y una política agrícola eficaz.

--Ya.

--Que el tema es demasiado serio para dejarlo solo en manos del mercado. Y tiene que intervenir la sociedad en su conjunto; el consumidor tiene que ser más consciente de que el futuro de la agroalimentación está en sus manos. Con todo lo que influye en la salud y en la estabilidad social. No hay que dramatizar, pero en este tiempo de crisis, el encarecimiento de los alimentos podría agudizar más la crisis.