JOAQUÍN CARBONELL

--Veo que está muy animado el Tubo...

--Sí, últimamente aunque se nota la crisis hay días buenos. Pero el público gasta menos y solo hay días puntuales.

--¿Pero es cierto que el Tubo es un lugar privilegiado?

-Lo es, por la situación y por los años que lleva mostrándose. Amigos que tengo en otras zonas con bares me dicen que también notan la crisis, pero un poco más... Y ojo, las obras nos hacen mucho daño. Aparcar ahora es un problema en el centro. Y el tabaco también.

--Rajoy dice que se lo está pensando...

--Fumar es malo. Pero ten en cuenta que los bares que tienen terraza tienen mucha ventaja sobre los que no tenemos. En esas condiciones, es casi imposible vender una copa sin el tabaco. Por eso vendemos menos.

--¿Pero usted entendería positivo volver atrás?

--Positivo no, pero para los que no tenemos terrazas, teniendo metros y una buena extracción, se podría buscar una solución para el cliente que quiere fumar. Pero entiendo que no van por ahí los aires.

--¿Salieron contentos Juan Echanove e Imanol Arias, cuando le visitaron?

--Sí, y para mí fue una publicidad fantástica. Y además con gente tan agradable como ellos. Me ha venido gente de fuera de Aragón que nos dijo que nos había visto en la tele.

--Su casa tiene ya unos añitos.

--Mi casa lleva abierta como Pascualillo desde 1939 y yo llevo en ella a raíz de la jubilación de mi padre. Llevamos 72 años en la familia con esta casa.

--¿Y seguirá en la familia en el futuro?

--Mi hija Teresa es la cuarta generación, vive en Madrid. Y yo espero que se haga cargo un día...

--¿Por qué triunfa un bar?

--Se suele ir por varias razones: porque es barato, por el trato, porque el dueño es simpático, porque la comida es buena, incluso porque el dueño es un soso... No se sabe. Pero el dueño es importante, y mantener una calidad también.

--¿No corre el peligro de que su casa acabe en manos chinas?

-- Nunca lo he pensado. Pero en esta vida todo tiene un precio...

--Se ha lanzado a la modernidad: Blasón del Tubo, su nuevo establecimiento.

--Sí, con motivo del 70 aniversario abrimos esta otra casa. Es Pascualillo en moderno. Pero reconozco que estoy más cómodo en lo clásico.

--Solo le pido a Dios...

--Virgencita que me deje como estoy. Y que esta crisis que afecta a todo el mundo con tanta dureza, nos de un poco de desahogo, un respiro.