Aragón vuelve a quedar olvidada y ninguneada en los planes del Ministerio de Fomento. Así podría resumirse el nuevo Plan de Infraestructuras, Transportes y Vivienda 2012-2024 que anunció ayer la ministra Ana Pastor en el Congreso, en el que de los más de 18.668 millones de euros que se prevé invertir en los próximos diez años en carreteras de alta capacidad queda excluido el desdoblamiento de la N-232, tanto el tramo de Mallén-Figueruelas como el de Fuentes de Ebro-Las Ventas de Valdealgorfa. Solo mencionó in extremis su ejecución, advertida por los miembros de su gabinete, como uno de los proyectos en cartera. Y posteriormente, fuentes oficiales del mismo reconocieron el "error" y aseguraron que, en las próximas horas, "será rectificado" y que la A-68 "se incluirá en todos sus tramos aragoneses". Pero no lo dijo, ni se comprometió expresamente.

La nueva titular de Fomento ni tuvo en cuenta que el Gobierno aragonés haya marcado su ejecución como sus máximas prioridades, ni las decenas de muertos que se ha cobrado esta carretera, ni el clamor de los vecinos, ni sus propias críticas en su etapa en la oposición. No contó.

DUDAS DE LA N-II Además, el desdoblamiento de la N-II entre Fraga y Alfajarín, tampoco se incluyó expresamente en el listado de proyectos a realizar. Solo cabe esperar que esté entre los 251 kilómetros de actuación en la autovía del Nordeste que incluye el plan, con una inversión de 1.629 millones de euros, y que esta no sea para renovación de calzada. Pastor no lo concretó.

Pero estos dos no fueron los únicos olvidos de la ministra. En el plan a diez años que llevará el próximo mes de julio al Consejo de Ministros para su aprobación tampoco se incluyeron los tramos de alta velocidad ferroviaria entre Zaragoza-Castejón y Zaragoza-Teruel-Valencia, por lo que el ramal sudeste del corredor Cantábrico-Mediterráneo queda en el aire o aparcado sine die. Sí se refirió al Canfranc, pero no especificó si en sus planes está la reapertura o solo la modernización.

Sobre el Cercanías, habló de planificación para varias ciudades, e incluso de crear una gerencia en Galicia, pero la red de Zaragoza ni la mencionó. Y era buen momento para aclarar si piensa mantener el apoyo del Ejecutivo anterior a su ampliación o quedará en papel mojado. Silencio.

Pero también anunció buenas noticias para Aragón. La finalización de las autovías A-21 y A-22, del corredor Pamplona-Jaca-Huesca-Lérida (121 kilómetros y una inversión de 882 millones) la A-24 Daroca-Calatayud (43 kilómetros y 250 millones), la A-40 Ávila-Cuenca-Teruel (1.172 millones y 161 kilómetros) o la variante sur de Huesca (19 kilómetros y 55 millones), sí entran en los planes.

Fue un mazazo. Hasta para el PP. El diputado Eloy Suárez apuntó, no obstante, que "no hay nada cerrado y los diputados aragoneses lucharemos para que se incluyan estas infraestructuras" y que "no es fácil planificar inversiones con al agujero de 40.000 millones que ha dejado el Gobierno socialista", apostilló.

Mientras, el socialista Víctor Morlán --exsecretario de Estado de Infraestructuras-- aseguró que es "decepcionante y preocupante ver que no tienen interés en actuar en la N-232 ni en el Corredor Cantábrico Mediterráneo". Para él, esto último "es un desatino que cortocircuita el desarrollo de Teruel y el impulso de Zaragoza como plataforma logística".

Para Chesús Yuste, de La Izquierda de Aragón, esto evidencia que "entre las prioridades de este Gobierno no está Aragón" y que "es preocupante el poco peso que tiene en Madrid el Gobierno autonómico y la presidenta, Luisa Fernanda Rudi". Mientras, la senadora del PAR, Rosa Santos, recibió con cautela el anuncio de la ministra y criticó "el silencio" sobre infraestructuras "clave".