Las condiciones de vida de los soldados tampoco fueron fáciles en los inicios, como recuerda el entonces teniente coronel Santos, responsable de la higiene y la salud del grupo. "Hasta que comenzaron a llegar los contenedores de cocina o duchas, sobrevivimos un mes con raciones de combate. Es curioso cómo una botella de agua, que aquí te permites tirar a medias consumir, se convierte en un bien de lujo en esas circunstancias", rememora el responsable de la sanidad. "El primer día que, entre camiones canibalizados, pudimos preparar una paella, fue una fiesta", aporta Coll.

El coronel Santos enumera las primeras amenazas que percibieron contra la salud . "El polvo era omnipresente, daba igual cuánto limpiaras o fumigases, y vehicula gérmenes. Entre eso y las moscas,