--No sé si le gusta más leer o comprar libros viejos.

--Más leer, pero mucho buscarlos. Nunca sabe uno cuándo va a abatir la pieza que lleva toda la vida buscando.

--A usted los libros con diez años de vida le darán risa...

--(risa) Tampoco es eso, hombre, pero el morbo y el glamur lo tienen los libros viejos.

--¿De dónde procede esa obsesión casi enfermiza?

--Del buen gusto, querido Joaquín. Uno empieza comprando libros sencillos y luego va educando el buen gusto hasta llegar a buscar las primeras ediciones.

--¿En este vicio se tienen inductores?

--Sí, puede ser; en mi caso, viendo cómo buscaba libros y los encontraba uno de los de los más grandes bibliófilos de Aragón, mi amigo el farmacéutico Vicente Martínez Tejero.

--Ahora nos epata con una obra donde reúne 119 artículos.

--Sí, son textos en los que indago sobre escritores raros, curiosos, sobre todos aquellos que no están en el canon.

--Muchos de ellos aragoneses, es su pasión...

--Sí, la mitad de esos artículos están referidos a temas o autores aragoneses.

--Autores prácticamente desconocidos.

--Sí, casi todos ellos. Los tipos como yo podemos aportar datos sobre este tipo de escritores desconocidos; para escribir de Valle Inclán o de Cernuda, hay otros más capacitados que lo pueden hacer mejor que yo.

--Ese ambiente está muy bien recogido, por ejemplo, en Las máscaras del héroe

--Sí, por supuesto. Yo hablé mucho con Juan Manuel de Prada, que vino a mi casa a ver los libros de Pedro Luis de Gálvez.

--¿Cuántos libros posee usted?

--Más de los que pudiera leer en diez vidas...

--Hay gente que no se lee ni uno...

--(risas) Tendrán la cabeza mejor que yo. Yo ya la tengo transtornada...

--No sé si le decían de pequeño que leer tanto no era bueno...

--Cuando yo salía con mi novia, que ahora es mi mujer, le decían a su madre: tu hija sale con un chico muy raro, está siempre leyendo.

--¿Ha pensado en crear una biblioteca de consulta pública?

--Yo tengo que estar acompañado por mis libros toda mi vida; luego, tendré que hablar con mis hijos a ver qué quieren hacer con ellos.

--¿El ebook

--Yo ya leo en ocasiones libros digitales, pero me siguen gustando mucho más los libros de papel, aunque el futuro es que ambos convivan pacíficamente.