--¿Qué análisis hace, usted que es ya todo un veterano de la política, de la situación de crisis de credibilidad que viven los cargos públicos?

--Es muy preocupante. Los casos de corrupción son escasos, pero están teniendo una resonancia entre la población superior a la que debieran. Pero es un problema que hay que corregir. No se puede empañar la grandeza de la función pública. Urge recobrar esa grandeza. Y eso nos incumbe a todos los partidos. Además echo en falta la capacidad de diálogo. Recuerdo la época de la transición y eso se ha perdido. Debemos ser capaces de hablar con los que tienen ideas distintas. Es una deficiencia de la democracia actual.

--Casos como el de Bárcenas no ayudan a ello.

--Los casos de corrupción hay que corregirlos e ir hasta el final. Pero luego está la vida política normal, que tiene que ser respetuosa desde la discrepancia, claro.

--¿Pero cree que es entendible para los ciudadanos todos lo que está apareciendo estos días?

--Claro que no. Los casos de corrupción no pueden empañar la línea democrática que lleva España, que es ejemplar en muchos aspectos.

--¿Le parece que su partido está actuando con diligencia en el caso Bárcenas?

--Yo creo que sí, con diligencia y transparencia. Y sin dejarse llevar por lo que dice la oposición.

--¿Cómo anda de salud el pacto de Gobierno?

--Estupendamente. Es que se habla todo a todos los niveles con total tranquilidad. No hacemos distinción de partidos. Somos una unidad de acción.

--Durante esta legislatura no han faltado sin embargo las tensiones, sobre todo en el Parlamento.

--Puede, pero ha sido algo menor y anecdótico. No ha habido tensiones porque las cuestiones importantes se discutieron al principio de la legislatura, cuando se hizo el pacto. Y ese marco se está respetando.

--Y hablando de pacto, ¿está satisfecho con el pacto del agua?

--Va razonablemente bien dentro de la situación complicada que tenemos ahora. Yesa está ya está en marcha y estará terminado a final de la legislatura. Lo cual quiere decir que habremos llegado a la mitad. El esfuerzo que está haciendo el ministerio (de Medio Ambiente) es notable, y se está recuperando el tiempo perdido. En la década anterior no se hizo nada. La comisión de seguimiento se ha reactivado también. La intención es que se reúna dos veces al año.

--¿Es partidario de limpiar el Ebro como piden los alcaldes de la ribera?

--Sí, claro. Hay que limpiar algunos puntos determinados. Ya se está en ello. Debemos reforzar las motas y crear nuevas allí donde sea necesario y además adecuar determinadas zonas del río. No hace falta limpiar todo.

--¿Se podrá ampliar el operativo antiincendios?

--Este año no. Se hará a lo largo de la legislatura, tal como acordamos con los sindicatos. Este ejercicio el objetivo es que funcione como hasta ahora, que dicho sea de paso está bien. Aunque todo es mejorable, claro.

--¿Y con las comarcas se funcionará mejor?

--Lo intentaremos. Es un traje a la medida de cada territorio. Ahora estamos empenzando a trabajar en los convenios. Creo que irá bien porque es un buen sistema.