Las caravanas de solteras, que tan de moda se han puesto en los últimos tiempos, llegaron ayer a la pequeña localidad zaragozana de Fuentes de Ebro. 50 mujeres, en su mayoría procedentes de Madrid, compartieron un día de fiesta con 35 hombres. El objetivo fue divertirse y reirse y, por qué no, encontrar a su media naranja. La organización corrió a cargo del hostal El Patio y de la Asociación Cultural Caravana del Amor.

Un extenso programa de actos sirvió para que hombres y mujeres se conocieran. El primer contacto consistió en una serie de encuentros rápidos (tres minutos cada uno). Posteriormente, para seguir rompiendo el hielo, tuvo lugar un cóctel de bienvenida ambientado con música para que la fiesta tomara fuerza.

Pero esto solo fue el comienzo, las cosas empezaron a calentarse con la actuación de La chica de la maleta roja que hizo una demostración de productos eróticos. Más tarde, la cena en la que, el único requisito, era que no hubiera dos hombres ni dos mujeres juntas. La diferencia de número entre ambos sexos obligó a romper la norma. A partir de las 0.00 horas comenzó la fiesta final que se extendió hasta las 4.30 horas. Al menos dentro del programa oficial, lo que ocurrió después, solo lo saben los solteros y las solteras.

La media de edad fue, según los organizadores, de unos 40 años. La excepción: José Luis Martín, conocido en todo el pueblo con el alias de Misterio. Viudo y con 80 años, aseguró que lo que busca es pasárselo bien y si encuentra compañía, mejor. "Pero nada serio, estoy muy bien solo", explicó entre risas. A pesar de su edad, fue uno de los que más animó la fiesta y, cuando aún no se habían sentado a cenar, ya tenía en su agenda el teléfono de una de las solteras.

Para algunas era la primera vez que acudían a un evento como este. Pero las había veteranas. Carmen del Campo, de 43 años, ha estado ya en varias caravanas organizadas por la misma asociación. Apuntó que siempre se lo ha pasado muy bien y que repetirá "seguro". Su objetivo era claro: "Divertirme, y si surge algo, mejor".

Carlos García es el responsable de la agencia. Es la vigésimo tercera caravana que organiza y, como afirmó, siempre salen bien y se crea alguna pareja nueva. "Al menos ligan, lo que pase después ya no lo sé", confesó. Señaló que decidió llegar a este pueblo porque las otras caravanas celebradas en Aragón "no habían tenido mucho éxito". Aunque le haya supuesto mucho trabajo, Mary Berges, propietaria del hostal, estaba feliz. Aseguró que esto le había dado mucha publicidad y que, "tal y como están las cosas" hay que hacer de todo "para salir adelante".