Varios cientos de personas --unas 5.000, según los organizadores-- marcharon ayer por las calles de Zaragoza en defensa de la sanidad pública y en contra de su privatización. Lo hicieron pese a la constante lluvia que descargó durante todo el recorrido de la manifestación, que discurrió entre el edificio Paraninfo y la plaza del Pilar.

Detrás de las numerosas pancartas que lograron abrirse paso entre los paraguas, había 42 asociaciones de vecinos, entidades sociales, colectivos de trabajadores y usuarios, sindicatos y los partidos PSOE, CHA e IU, algunos de cuyos representantes también se dejaron ver entre los asistentes a la concentración.

Al término de la marcha, el representante vecinal Juanjo Hernández --presidente de la asociación Los Caprichos, de Parque Goya-- leyó un duro manifiesto contra "los todopoderosos amos del mercado y sus esbirros políticos", a los que acusó de decir "que no hay dinero para mantener la sanidad pública, mientras las empresas a las que les regalan la gestión de hospitales aumentan obscenamente sus beneficios". En el texto, se denunció que "lo más grave de las privatizaciones no es el robo que suponen, que también, sino que la empresa, cuyo único y verdadero objetivo es el beneficio privado, es absolutamente incompatible con el derecho a la sanidad y con el interés general".

Hernández, que se refirió a los impulsores de estas políticas como "criminales", dijo que "la estrategia para este gran saqueo planificado es deteriorar, desprestigiar y desmantelar nuestro sistema público de salud". "Dirigen a los sectores más pudientes --añadió-- hacia los seguros privados, y privatizan los servicios y procesos más rentables, mientras los tratamientos más costosos están en la pública".

CONSECUENCIAS En el manifiesto se asegura que las consecuencias de la privatización "ya las hemos empezado a sufrir en Aragón" y se cita el recorte de 238 millones de euros aplicado por la DGA, el copago en los medicamentos, la retirada de 15.000 tarjetas sanitarias, el cierre de plantas hospitalarias y de las urgencias en más de 22 municipios los sábados por la tarde, la gestión privada de centros como el de Alcañiz, la clausura de los laboratorios clínicos de Aragón para abrir uno privado, o las listas de espera.

A la manifestación acudieron algunos de los afectados más directamente por los recortes y las medidas impulsadas por el Gobierno PP-PAR, si bien se corearon también gritos contra el PSOE. Por ejemplo, Juan Antonio Andrés Pinilla, de la asociación de vecinos La Jota y que habló en nombre del resto de organizaciones de la margen izquierda de la capital, denunció "el desmantelamiento que, de forma sibilina, se ha estado llevando a cabo durante los tres últimos años en el centro de especialidades Grande Covián" de Zaragoza, "sin que nos digan claramente qué quieren hacer con él".

José María Andreu, portavoz de la plataforma del hospital de Alcañiz, declaró que "no entendemos por qué, si el nuevo hospital de Teruel va a ser totalmente público, el nuestro han de hacerlo imitando el modelo de Madrid". Por su parte, Adela Sanz, técnica de laboratorio del hospital Miguel Servet, alertó del riesgo de contar con tan solo una de estas instalaciones en Zaragoza, por las demoras que pueden producirse. Ana Esteve, de Marea Blanca, destacó que "se han solicitado reuniones al Salud para que se tenga en cuenta la opinión de los profesionales".