Agentes del Cuerpo Nacional de Policía detuvieron el domingo a L. J. P. S., un brigada del Ejército del Aire destinado en la Base de Zaragoza, acusado de haber secuestrado y causado graves lesiones a un vecino de El Prat de Llobregat al que redujo ese mismo día por la mañana.

Denunciante y sospechoso mantienen diferencias económicas por un encargo relativo a una obra en la vivienda del segundo, según las versiones que ofrecieron a la Policía. El primero relató que el segundo le reclama una deuda de 20.000 euros que habría adelantado para pagar esos trabajos. El brigada mantiene que el catalán le sacó 60.000 euros por una tarea que no lleva intención de realizar.

LESIONES EN LOS DEDOS El militar se desplazó el domingo por la mañana hasta la localidad barcelonesa, donde contactó con la víctima, a la cual, según la versión de este último, redujo encañonándolo con un arma de fuego antes de descargar sobre él una agresión en la que le causó graves lesiones, especialmente en los dedos de las manos. Después, según el denunciante, le obligó a introducirse en su coche para trasladarlo hasta Zaragoza.

Por la tarde, ante el dolor que le estaban causando las heridas, el brigada accedió a llevar a su rehén a un centro sanitario. Los médicos del Royo Villanova, a los que el denunciante contó su versión tras preguntarle al haberles llamado la atención el tipo de lesiones que había sufrido, alertaron al Cuerpo Nacional de Policía. Una patrulla detenía a L. J. P. S. en las instalaciones del hospital.

La víctima recibió el alta el mismo domingo, según explicaron fuentes del Departamento de Salud de la DGA.

A los agentes del Grupo de Atracos de la Jefatura Superior de Policía, les llamó la atención la enorme cantidad de cereales que el detenido llevaba en su coche. Tenía la intención de alimentar durante el cautiverio con ellos a su rehén, según la versión de este.

PRIVILEGIO Nada más ser detenido, el brigada L. J. P. S. echó mano de un privilegio que los miembros del Ejército conservan en España: ser custodiado por autoridades militares, en lugar de por las fuerzas de seguridad, para evitar mezclarse con los delincuentes comunes que permanecen arrestados en comisarías y cuartelillos.

La Policía Militar se hizo cargo del brigada y lo mantiene bajo custodia. Ayer lo trasladó a la Jefatura Superior de Policía, donde prestó declaración ante el Grupo de Atracos, que le imputa un delito de detención ilegal y otro de lesiones.

Queda por determinar si la causa sobre estos hechos es instruida por un juzgado zaragozano o uno de Barcelona.