El Ayuntamiento de Sallent de Gállego atraviesa una delicada situación económica como consecuencia de un plan urbanístico que no consigue salir adelante y consistente en la construcción de 1.700 plazas de hotel y 600 viviendas. Lanzado por la Sociedad Urbanística Sallent 2025, de carácter municipal, el proyecto ha ocasionado ya una deuda de 10 millones de euros.

Chunta Aragonesista sostiene que la urbanización no podrá realizarse tal y como estaba concebida debido a los problemas de estabilidad de la ladera donde se quiere levantar y por eso ayer solicitó que se disuelva la sociedad que la patrocina.

"Solo los intereses de la deuda suponen 160.000 euros al año", señaló ayer Antonio Herralde, concejal de Chunta Aragonesista en la corporación sallentina, que exigió "responsabilidades políticas" por el fiasco del proyecto urbanístico, que fue idea del anterior consistorio socialista.

"El ayuntamiento actual quiere renegociar la deuda, pero nosotros pensamos que la mejor solución es disolver la sociedad", afirmó Sarralde, que subrayó que el peso de la deuda ha convertido a Sallent en un pueblo "arruinado" en el que cada uno de sus 1.500 vecinos debe en teoría 6.666 euros.

El concejal nacionalista, que fue privado de su delegación de Cultura por el actual alcalde, el popular Jesús Gericó, sugirió incluso que el consistorio está en una situación tan complicada que podría ser intervenido por la Administración autonómica. De hecho, Chunta ya llevó hace algún tiempo el estado de las finanzas locales al Tribunal de Cuentas.

El origen de la deuda está relacionado con la construcción, hace varios años, de un polideportivo que se completó con una balneario con un precio exorbitado. La operación urbanística, que debía desarrollarse al oeste de la actual urbanización de Formigal, surgió así como la manera más adecuada de sufragar los gastos generados por la instalación de ese servicio en la localidad.

CAMBIO DE PLANES Sin embargo, todo empezó a torcerse cuando se registraron movimientos de tierras que indicaban que la zona elegida para construir no poseía la solidez necesaria. Además, un informe geológico certificó que el terreno elegido no era el idóneo.

Esta circunstancia dio al traste con la operación inicial, pero la siguiente corporación municipal, con el PP al frente, siguió adelante con el plan y habló incluso de que se podría obtener un beneficio de 34 millones de euros, según Sarralde, que dijo que el PAR también estaba de acuerdo.

"Se hicieron pilonas y muros de contención y, pese a todo, la montaña seguía rechazando la construcción de edificios", resumió Sarralde.

El concejal de Chunta señaló que 6 de los 10 millones de la deuda se deben a la empresa que construyó el balneario, mientras que dos entidades bancarias, BBVA e Ibercaja son acreedores de los 4 millones restantes.

Ahora, según Sarralde, el ayuntamiento sallentino ha reducido la operación inmobiliaria a la zona más baja del espacio destinado en un principio, donde se han delimitado dos parcelas. Pero en su opinión esta solución también está cogida con alfileres, pues si a fines de este año no se ha llevado a cabo el proyecto, la sociedad municipal deberá recuperarlas.