Todavía se estará lamentando el concejal José Ignacio Senao de haber sacado en el debate el cuento de Los Tres Cerditos para ejemplificar el papel del "tripartito" en su respaldo al Gobierno y esa casa con habitaciones ocupadas o vacías con la que Lola Ranera trataba de explicar que significaba que la relación de puestos de trabajo no incluyera las plazas vacantes. Ni de lejos imaginaba que el papel de lobo feroz le acompañaría a él y a sus compañeros de bancada durante toda la sesión del pleno municipal. "Le deseo lo mismo que el cuento, y espero que usted sea el lobo", le replicó la responsable de Régimen Interior.

Una sesión en la que el debate sobre el presupuesto, tan trillado durante las semanas previas y criticado por los escasos resquicios que ha dejado el Gobierno en esta ocasión, que estuvo descafeinado hasta en la replica del PP. Mención aparte que tampoco las cuentas de la ciudad merecieran que Eloy Suárez ejerciera de estilete principal, pero ya es habitual que su intervención se reduzca a preguntarle directamente al alcalde, con todo el pescado vendido.

No fue un buen día para ser concejal del PP, portavoz y diputado en el Congreso, con tanto debate sobre temas de ámbito nacional pero con repercusión local. Era difícil defender una reforma de la ley hipotecaria mirando a los ojos a quienes desde la grada le explicaban como lo que él debe respaldar en Madrid tiene consecuencias dramáticas también para las familias a las que él querría haber defendido como alcalde. El colectivo Stop Desahucios, queriendo entregarle una carta en mano, fue el momento cumbre de un pleno complicado para los conservadores.

Tensión

También tuvo momentos de tensión como el encontronazo entre el concejal de IU, Raúl Ariza, y el portavoz adjunto del PP, Pedro Navarro, a propósito del debate sobre el convenio tan lesivo para los trabajadores de los grandes almacenes. Con las miradas clavadas en la concejala Gemma Bes, los trabajadores esperaban el milagro de que el PP cambiara su discurso. Pero no fue así y respaldaron la "legitimidad" del acuerdo.

El cabreo surgió cuando el edil de IU le trató de explicar "algo que no tenía escrito" en el papel y Navarro saltó porque se meta con ella por leer su intervención. Le tachó de "machista", a lo que este le replicó que "vergüenza tiene muy poquita". Ni siquiera era la hora tonta de mediodía.

Mención aparte merece también la moción presentada por el PP en la que propone redistribuir mejor cinco millones del plan contra la exclusión. La bancada opuesta se quedó alucinada por cómo el PP, insistiendo en esa "inanición" que le achacaba el portavoz de CHA, Juan Martín, hubiera preferido debatir una moción a presentar esa misma propuesta vía enmienda.

Por último, Suárez criticó la derogación de la ordenanza cívica y Belloch la defendió por primera vez, afeándole su intervención, al decirle que lo cierto es que "técnicamente la mejora mucho". Pero pueden presentar votos particulares a la norma, si no les puede la inanición.