Panticosa

La carretera del balneario, otra vez cerrada tras cuatro aludes

La vía ha sido cortada a menudo este año debido a las avalanchas

La carretera del balneario, otra vez cerrada tras cuatro aludes

La carretera del balneario, otra vez cerrada tras cuatro aludes

EL PERIÓDICO

La sinuosa carretera de subida al balneario de Panticosa se volvió a cerrar ayer al tráfico rodado después de que sufriera cuatro aludes en distintos puntos del recorrido entre el pueblo y la estación termal. La vía ya estuvo clausurada al paso de vehículos el pasado miércoles, por el mismo motivo.

Una de las avalanchas cayó a primera hora de la mañana e inmediatamente se ordenó que fuera limpiada debido a que, al ser Semana Santa, estos días registra un intenso tráfico. Sin embargo, cuando los trabajadores de la Dirección General de Carreteras del Gobierno de Aragón se hallaban despejando la calzada, se volvieron a producir dos nuevos aludes. Posteriormente, en torno a las doce del mediodía, se desplomó otra colada de nieve junto a la tercera visera, unas estructuras o marquesinas de hormigón que se han ido instalando para que la nieve irrumpa en la carretera.

Fuentes del Gobierno de Aragón indicaron a los medios de comunicación que se trataba de cuatro aludes que arrastraron una gran cantidad de nieve y que además ocurrieron muy seguidos.

Por este motivo, las autoridades acordaron cerrar A-2620 hasta tanto se pueda circular con seguridad por la misma y mejoren las condiciones meteorológicas.

Esta carretera, de ocho kilómetros de longitud y que salva un desnivel de más de 500 metros, ya fue escenario el pasado invierno de varios aludes.

En uno de ellos, el médico del balneario tuvo que detener su coche ante un alud que impedía el paso y solicitar ayuda para que fueran en su búsqueda.

A lo largo de los años se han realizado importantes obras de ingeniería para conseguir mejorar la seguridad de esta vía de alta montaña, en particular con la construcción de viseras.

Sin embargo, este año ha sido especialmente inclemente. Ha nevado copiosamente y repetidas veces y las laderas de las montañas que rodean Panticosa se han cubierto de un espeso e inestable manto de nieve que se viene abajo con los cambios de temperatura.

De hecho, las autoridades temen que el deshielo pueda provocar en adelante más fenómenos de este tipo. Los aludes no solo impiden el paso de vehículos sino que, además, causan un gran trastorno a las instalaciones del balneario, donde pasan sus vacaciones numerosas personas.

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