Aunque la ley no recoge explícitamente las lenguas lapao y lapapyp, será difícil a partir de ahora que no se reconozcan de este modo, por mucho que tanto populares como aragonesistas intentaran desesperadamente ayer --conscientes de la dimensión que está cobrando esta ley, que no ha pasado nada desapercibida-- desmentir su existencia. Ayer, todos los medios y comentaristas de la prensa estatal ridiculizaban el contenido de la ley aprobada, al igual que en internet. Incluso una empresa de Sabadell ha creado una aplicación para móviles que permite descargarse gratis un traductor de lapao-catalán. Obviamente, y a pesar de que para el PP y el PAR son lenguas distintas, el resultado es idéntico.

Las asociaciones culturales aragonesas que defienden estas lenguas minoritarias emitieron un comunicado de condena a la aprobación de una ley que no ha hecho más que acrecentar la división en la Franja de Aragón y alimentar el nacionalismo de ERC, que ayer llegó a concentrarse en las puertas de la Aljafería, reivindicando --para rechazo de todos los partidos-- los Països Catalans.

En el Parlamento de Cataluña, el PSC presentó una propuesta para que se inste a la DGA a retirar esta ley. En una línea parecida se refirió Josep Antoni Duran i Lleida, líder de CiU y aragonés de nacimiento. El consejero de Cultura de la Generalitat, Ferran Mascarell, también definió de "ridículo" lo vivido ayer en las Cortes.