Al son de Llegará la tormenta de Amaral, el Voluntariado de Zaragoza volvió a vestirse ayer de azul, más azul que nunca, para revivir momentos inolvidables de aquella Expo del 2008 que les unió para siempre. Ahora con chalecos rojos y grises, un logo totalmente transformado y una misión muy distinta a la de recibir visitantes llegados de todas las partes del mundo. Era su día y, a pesar de que se cumplían cinco años de la apertura de la muestra internacional, ni siquiera el alcalde Juan Alberto Belloch quiso valorar algo más que no fuera la labor desinteresada de sus voluntarios.

Tomaron de nuevo el recinto, desde la pasarela que lleva su nombre y que ayer se tambaleaba como nunca por el peso de sus pasos, rumbo al Pabellón Puente, donde se encontrarían con el alcalde. Y los aplausos de una veintena de niños, en la ribera de La Almozara sonaron como el de toda una ciudad. Todos ellos los habrán visto en algún rincón, en el tranvía, en la plaza del Pilar, en las fiestas o ayudando en la Casa de Amparo, entre otras muchas labores en las que participan. Ellos son conscientes de que la misión es distinta (en cinco años el porcentaje de los que ayudan en servicios sociales ha pasado del 12% al 36%), pero todos saben para qué están, como hace cinco años. Por eso el aniversario este año se convirtió en un tributo.

Ya en la gala del Palacio de Congresos, el alcalde les elogió al recordarles que "sois un gran tesoro de la ciudad". Belloch les anunció que ayer mismo se había hecho oficial, vía decreto, que el 14 junio será para siempre el día del Voluntariado en Zaragoza y que "a partir del próximo 8 de julio" se rendirá homenaje a aquellos que hayan fallecido con el paso de los años. Empezando por Guillermo Herrera, el entrañable voluntario de 104 años que se apuntó a trabajar en la Expo, y la inolvidable Ana Aznar.

Así que la paellada final y la música, canciones de la muestra, sirvieron como broche a un día en el que el recinto de Ranillas volvía a ser tomado por el principal legado aún vivo de una Expo que, como destacaron, "convirtió a una ciudad grande en gran ciudad".