Rodeado de solares, con las vallas de las obras sin quitar y prácticamente vacío por dentro, se alza el Centro de Arte y Tecnología de Zaragoza (CAT), justo enfrente de la estación Delicias. El exterior de este mastodonte de cristal y hierro, que busca ser el referente de la ciudad en nueva tecnología, fue el escenario escogido por el ayuntamiento para presentar el proyecto Mi Ciudad Inteligente, una iniciativa que gira en torno a la gestión sostenible de las ciudades a partir de las nuevas tecnologías.

Desde el pasado 27 de mayo, dos geólogos recorren España a bordo de un minúsculo coche eléctrico. Su objetivo es visitar treinta localidades pertenecientes a la Red Española de Ciudades Inteligentes y analizar la efectividad de sus planes en materia de administración y gestión de infraestructuras. Tras pasar por Huesca, ayer le tocó a Zaragoza. Y, para aprobar el examen, el ayuntamiento preparó a los analistas un recorrido por los proyectos que considera más éxitosos.

Antes de aparcar el coche eléctrico delante del CAT, los geógrafos analizaron el punto de acceso a la red wizi de la plaza del Pilar. De allí, se desplazaron al Centro de Arte y Tecnología, donde les esperaba el vicealcalde de Zaragoza, Fernando Gimeno. En el encuentro, el representante del ayuntamiento reiteró su compromiso de convertir el edificio, valorado en 21,4 millones de euros, en el "centro de la ciudad, un lugar del que surjan ideas y respuestas útiles para los ciudadanos".

El sistema de bicicletas de Zaragoza, la regulación semafórica del tranvía, el Centro de Incubación Empresarial de Milla Digital y la gestión de Valdespartera fueron algunas de las instalaciones que "vendió" la ciudad.