Ocho personas han perdido la vida ahogadas en lo que va de año en Aragón, la mayoría practicando actividades de ocio o deportivas. Tras las tragedias de los niños que perdieron la vida en una piscina del barrio zaragozano de Delicias y en Borja, o el hombre que pereció mientras se bañaba en Puerto Venecia, con el avance del verano son las zonas de baño natural, pozas y ríos, las que concentran estos accidentes.

Como el que anteayer costó la vida a un ecuatoriano de 38 años que había acudido a bañarse con su hijo al pozo Pigalo en Luesia, y por causas que se investigan no pudo salir a la superficie tras un salto. O el que el sábado supuso el fallecimiento de un piragüista leonés que participaba en un descenso, y que al parecer quedó atrapado en un remolino. Hay otros que milagrosamente no acaban en fallecimiento, como las fracturas producidas al saltar en zonas habilitadas que sufrieron dos bañistas hace dos semanas.

Sean por imprudencia o mala fortuna, los expertos recomiendan tomar todas las precauciones posibles para evitar estas situaciones. Y el consejo básico es, además de un equipamiento adecuado en el caso de los deportes de aventura, conocer la zona en la que se va a practicar la actividad. En el caso de los saltos y la natación, particularmente el fondo. "El consejo es claro: que veamos el fondo, que sepamos lo que hay. Debemos calcular la profundidad, las piedras, los troncos...". Así lo explica el teniente Antonio Usieto, de los equipos de rescate en Montaña de la Guardia Civil de Huesca.

CAMBIOS

Pese a que en ríos o embalses es más complicado que haya grandes cambios, las tormentas especialmente fuertes o las crecidas continuadas, como ha sucedido este año, pueden llegar a modificar el fondo de las zonas de baño, y en barrancos con especial facilidad. Como advierte Usieto, "aunque el año pasado no tuviéramos problemas al bañarnos o saltar en una zona, fruto del tiempo ha podido cambiar. Y si lo descubrimos en el momento del impacto o al quedarnos enganchados en el fondo, podemos sufrir una desgracia".

Aún así, la mejor prevención es contar con la guía de expertos en deportes de aventura. Como Alberto San Pío, de la empresa Nómadas del Pirineo, que trabaja en la zona de Aínsa y el Parque Nacional de Ordesa. Según aconseja, el principal requisito a la hora de practicar estas actividades es la prudencia.

"Lo primero es conocer la zona donde vas a saltar, e inspeccionar el fondo. También es importante aplicar la progresividad: ir aumentando poco a poco la altura del salto. Incluso uno relativamente corto, de tres o cuatro metros, ya puede causar lesiones graves", advierte.

En cuanto a la postura, los consultados coinciden en saltar de pie. "Cuando veo imágenes de gente saltando acantilados de cabeza, me parece una inconsciencia", asegura San Pío. "Nunca hay que hacerlo", subraya, "hay que saltar de pie y como mucho, te jugarás una rotura. Si no, puedes sufrir una lesión cervical".