El Ayuntamiento de Zaragoza está secuestrado porque desde el primer día lo ha hecho mal. No es de recibo el chantaje que las peñas están haciendo al consistorio y que este lo tolere, por muy grande que sea el negocio (que lo es). Es inconcebible que después de un concurso público que gana lícitamente una empresa se esté más preocupado por lo que puedan hacer los perdedores. Aunque sean amigos. Sería el colmo que ahora se facilitara a Interpeñas la puesta en marcha de otro pabellón con grandes aforos. No por un problema de seguridad, sino de seguridad jurídica, porque si se pueden montar tantas carpas, ¿para qué el concurso?