Simplemente le dí esa puñalada y luego peleamos", aseguró Miguel Ibáñez Cansado ayer, en la primera jornada del juicio con jurado en el que afronta peticiones de hasta veinte años de prisión por matar a su esposa, Tatiana Radionova, el 2 de noviembre del 2011 en su piso de la calle Pascual Albero, en Las Tenerías.

Ibáñez, que hasta ahora se había negado a declarar, dio ayer por primera vez su versión de los hechos: quería divorciarse de su esposa porque su relación se había deteriorado --ella se había ido varias veces de casa con su madre y él le reprochaba que llevara mala vida--, quiso decírselo un día que volvió al piso tras ausentarse cinco días y la mujer no quiso saber nada. Por el contrario, sostuvo, Tatiana le dijo mientras discutían en el comedor que, si insistía en la separación, le explicaría a su familia que tomaba drogas: "Me sentí humillado. Fui a la cocina, cogí un cuchillo y se lo ofrecí. Lo único que puedes hacer es matarme, le dije. Me da igual, me respondió".

Estaban en el dormitorio, donde, según su versión, comenzó un forcejeo en el que él admite que le clavó el cuchillo en el corazón, aunque la responsabiliza a ella de haberse autocausado después, en el forcejeo, las otras doce heridas que presentaba.

TELÉFONO Cinco minutos después llamó a la Policía para, en una conversación en la que no mostraba ningún tipo de emoción, alertarles de que "he matado a mi mujer". Antes de que llegaran los coches patrulla se fumó un cigarro y telefoneó a un amigo para que se hiciera cargo de su perra.

Su abogado, Juan Manuel Leston, solicita para Ibáñez diez años de prisión por un delito de homicidio. Sostiene, de acuerdo con la versión que sostuvo el reo, que su intención no era matarla --aunque lo hizo-- y que no la atacó traicionera ni premeditadamente. "Quiere que se le castigue, pero solo por lo que ha hecho, no por lo que no ha hecho", dijo el letrado.

Las acusaciones, por el contrario, mantienen que Miguel atacó a Tatiana de forma súbita e inesperada, lo que la dejó indefensa. Se basan en el hecho de que la mujer no presentara heridas de defensa --sus uñas estaban intactas-- y de que ni en el dormitorio ni en la cocina había signos de una pelea: estaba todo ordenado.

"Se fue a la cocina, cogió el cuchillo y la mató", indicó la fiscala, que añadió que "una vez que la mató se fue a telefonear".

Para el letrado que ejerce la acusación particular en nombre de la madre de la víctima, el penalista José Luis Melguizo, Tatiana fue atacada por la espalda. "Todas las pruebas apuntan a que no tuvo posibilidad de defenderse", anotó.

El abogado del Estado, que ejerce la acción popular, destacó que la mujer, de haberse visto amenazada, habría huído o se habría defendido.