--Policía, dígame.

--Buenas tardes. Mira que llamaba para dar cuenta que... he matado a mi mujer.

--¿Cómo?

--Que he matado a mi mujer.

--¿Dónde se encuentra usted, caballero?

--En la calle Pascual Albero Burillo (...).

--¿Usted se encuentra allí?

--Sí, aquí les espero a ustedes.

--¿Está su mujer allí también?

--Sí, está muerta.

--Vale, ahora mismo va una patrulla para allá, ¿eh?

--De acuerdo.