En los tiempos que corren, cualquier propuesta que suponga cierto desahogo económico es bien recibida. Da igual de quién emane la idea y no importa que la cantidad de euros no sea muy elevada, porque la cuestión principal es sanear el bolsillo.

En el hospital Miguel Servet, la iniciativa lanzada por tres trabajadoras del departamento de lavandería del centro ha dado sus frutos y se ha conseguido un ahorro de 23.000 euros. ¿Cómo? Únicamente gracias a su voluntad de confeccionar almohadas más pequeñas y manejables --a coste cero-- para los pacientes de la UCI reutilizando los restos de sábanas, relleno y demás material desechable. "La idea surge porque nos damos cuenta de que es posible crear cojines más pequeños con bloques de espuma que, al mismo tiempo, no necesitan pasar por lavandería y eso supone un ahorro", explica Maite Jiménez, encargada de expedición y transporte de dicha sección del Servet.

En este sentido, Isabel Casaló, jefa del grupo de gobernantas, apunta que el proceso de lavado de las antiguas almohadas era de "aproximadamente cuatro horas" (entre lavado, secado y lencería), mientras que ahora "se ha reducido prácticamente al mínimo, ya que las piezas de espuma no necesitan limpieza y únicamente lo que pasa por lavandería son las fundas que la cubren. El trabajo de la tapicera y de las costuras ha sido muy importante en este sentido, porque han cosido un total de 400 telas para cubrir la espuma de los cojines", remarca Casaló.

Premio interno

Esta iniciativa, que fue premiada a nivel interno por el hospital Miguel Servet, ya tiene uso práctico. De hecho, un total de 90 almohadas se encuentran repartidas ya entre las cuatro UCI del centro. "Lo único que buscamos es la comodidad y el cuidado del paciente. Y está claro que la calidad en el lavado, una buena presentación de la ropa y la higiene es fundamental", matiza Laura Peralta, jefa del servicio de lavandería.

El hecho de que su propuesta se haya convertido en una realidad es "reconfortante" para estas tres empleadas de personal no sanitario, que recalcan "el duro trabajo" que hay detrás de un servicio hospitalario. "Nos sorprendió que aceptarán la iniciativa y claro que te hace sentir bien, porque te das cuenta de que las cosas no siempre caen en saco roto y se puede ayudar a mejorar las cosas. Esto es un ciclo en el que todos nos echamos una mano, desde los departamentos menos conocidos a los más altos. Finalmente, todo desemboca en el bienestar del paciente", aseguran.

El 70% de la ropa hospitalaria de todo Aragón se lava en el Miguel Servet, donde en las últimas semanas también se han hecho cargo del material del hospital Clínico tras la rotura de una caldera en su servicio de lavandería. "Hemos conseguido captar clientes de empresas privadas que nos han dado la enhorabuena por nuestro trabajo y nuestra prestación. Eso es señal de que estamos haciendo bien las cosas", finalizó Peralta.