Un grave, inesperado e inexplicable suceso conmocionó el pasado domingo a la localidad de Pinseque, en el extrarradio de Zaragoza. Un menor de 11 años de edad apareció ahorcado, por la correa de su perro, en la valla de dos metros de altura que rodea la urbanización Lago Azul. Eran las siete de la tarde y nadie sabía qué había podido ocurrir.

Reconstruyendo la historia en base a los indicios hallados en el lugar del hecho, los investigadores de la Guardia Civil no descartan que el adolescente pudiera quedar atrapado por la correa cuando trataba de pasar al otro lado de la valla. Sin embargo, no se descarta ninguna hipótesis, si bien hasta el momento no se han producido detenciones.

Al parecer, el perro del menor, un cachorro de tres o cuatro meses, había pasado por debajo del muro, aprovechando una abertura, y el chico intentó darle alcance porque vio que se alejaba en dirección a unos árboles.

"MALA SUERTE"

"Tuvo muy mala suerte porque llevaba la correa anudada al cuello y se ve que el otro extremo se enganchó en la parte superior de la valla cuando trepaba para pasar al otro lado", comentaron ayer fuentes del municipio de Pinseque, donde ayer se celebró el funeral por el fallecido. La víctima tiene un hermano de 18 años y residía en la urbanización Lago Azul, donde se han instalado muchas familias procedentes de Zaragoza.

La primera persona que vio lo sucedido avisó de inmediato a la Guardia Civil y a los servicios sanitarios, pero el equipo de la UVI móvil que se desplazó a Lago Azul no pudo hacer nada por salvar la vida del muchacho.

Durante el pasado lunes, Pinseque fue un hervidero de rumores. "Nadie sabía nada, todo el mundo hacía conjeturas", indicó un vecino que prefirió no facilitar su nombre. "Al principio, todo eran rumores, algunos poco verosímiles", añadió.

El menor cursaba sexto de Primaria en Zaragoza, en el colegio Moncayo Sagrado Corazón, donde la noticia de la extraña muerte causó una gran "sorpresa", según manifestó un miembro de la comunidad escolar. "Parece que el hermano mayor llamó al colegio para decir lo que había pasado y que nadie daba crédito", agregó la misma persona.

El fallecido era muy apreciado por sus compañeros y profesores y la violenta muerte no encajaba en la opinión que todos tenían de él.

FUNERAL

Por eso, en la mañana de ayer la iglesia donde se celebró el funeral se quedó pequeña. Numerosas personas, entre alumnos, profesores y vecinos, se dieron cita en el templo para despedir al menor.

Con todo, se siguen realizando pesquisas para aclarar todas las circunstancias que concurrieron en la muerte, aunque quizá la hipótesis más plausible sea que el fallecimiento tuvo una causa enteramente accidental y no guarde relación alguna con un suicidio o crimen.

En la investigación intervienen el equipo de la Policía Judicial de la Benemérita y médicos forenses.