La polémica Ley de Lenguas aprobada por el PP y el PAR esta legislatura está dejando paso al surrealismo tras la hilaridad que produjo a nivel estatal la redenominación de los idiomas aragonés y catalán, lengua esta última rechazada en el documento legislativo atentando contra todos los criterios académicos y científicos existentes. El último episodio del despropósito se encuentra en las respuestas parlamentarias firmadas por la consejera de Educación, Dolores Serrat, a la batería de preguntas realizada por el diputado de CHA, Gregorio Briz. Este se interesaba por los nombres de las lenguas de las modalidades lingüísticas del aragonés y el catalán en la comunidad autónoma así como "los medios y recursos materiales y de formación" que se va a facilitar al profesorado "de la modalidad lingüística denominada catalán para profundizar en las peculiaridades de cada una de las variedades".

Es entonces cuando Serrat, catalanohablante, se niega a hablar del catalán porque "no es una lengua propia de Aragón", ya que también indica que en el Aragón oriental se habla "aragonés", que sí es "la lengua propia" hablada en Fraga, Tamarite o Valderrobres. En cambio, a la pregunta de los medios que facilitará para enseñar el catalán en Aragón, indica que "se impartirá formación y se darán instrucciones al profesorado sobre metodologías activas y participativas que permitan al alumnado descubrir, reconocer, valorar y aprender el rico patrimonio cultural de la zona que corresponde". El mismo patrimonio cultural que no parece reconocer, valorar ni aprender el Gobierno de Aragón y el PP y el PAR.