¿Tiene Aragón tanto gas escondido en sus entrañas como para albergar tantos proyectos de fracking? La respuesta a la pregunta es de momento una incógnita, incluso para las empresas. Rafael López Guijarro, de la empresa Montero Energy reconoce que España, y por ende esta comunidad, son territorios "inexplorados". Pero el potencial es "muy importante".

Ahora bien, conviene aclarar que los permisos solicitados, y aún no concedidos, no autorizan a nada más que a investigar. "Esta fase puede prolongarse durante dos años y no se realiza ninguna perforación. Lo que no vamos a hacer como empresa es invertir, sin antes cercionarnos de que hay gas", explica López Guijarro. Abrir un pozo puede suponer un desembolso de entre siete y diez millones de euros, dependiendo de la profundidad de la extracción.

La directora general de Energía y Minas del Gobierno de Aragón, Marina Sevilla, admite que todo son incógnitas en torno al desarrollo futuro de esta técnica. "Hace falta investigarlo bien porque no sabemos aún ni siquiera si hay acuíferos que se puedan contaminar. Aragón ha vivido un auténtico boom en los últimos años y se han pedido muchos permisos. Nuestra decisión, como Gobierno, es bloquearlos", indica.

Incluso los geólogos que han estudiado la zona tienen sus dudas. "No sabemos muy bien en qué se basan las empresas, supongo que en las prospecciones de hidrocarburos que se hicieron en los años 70. Pero ante todo, detrás de esta avalancha de solicitudes de permiso, está una necesidad de ocupar posiciones por lo que pueda pasar, y para especular. Piensan que es un negocio muy bueno", denuncia el catedrático José Luis Simón.

Negocio o no; peligro o no, lo cierto es que pocas zonas quedan en Aragón sin un proyecto de fracking. Opiniones hay para todos los gustos. Pero lo que hay en el subsuelo, de momento, nadie lo sabe.