La Guardia Civil investiga un extraño robo ocurrido en la madrugada de ayer en una vivienda de Épila, ubicada en la calle del Cabezo Manolín. Extraño no por lo infrecuente --los vecinos han llegado a crear una plataforma contra los robos dada su frecuencia--, sino porque los ladrones, no contentos con desvalijar la casa, trataron de quemarla. Afortunadamente, el fuego no llegó a extenderse ni siquiera por todo el inmueble.

Los vecinos descubrieron el robo ayer por la mañana, al ver la puerta abierta de una vivienda que habitualmente está deshabitada, ya que la utiliza como segunda residencia un vecino de Zaragoza. Olieron también a humo, pese a que por la noche nadie había oído nada, al parecer.

Tras el aviso al propietario y la denuncia ante la Guardia Civil, los agentes comprobaron que los ladrones habían sustraído varios electrodomésticos --el frigorífico, la televisión y la lavadora, entre otros efectos-- y habían prendido fuego en dos habitaciones. Por un lado, incendiaron el sillón del salón --que a su vez prendió la mesa--, y por otro quemaron el colchón de un dormitorio, que dejó el cuarto prácticamente inhabitable.

Los robos en Épila se han convertido en los últimos meses en algo prácticamente cotidiano, según vienen denunciando repetidamente los vecinos, pero los ladrones rara vez se ceban en los lugares que asaltan como sucedió ayer. La semana pasada se produjeron en apenas tres días robos en un taller, una explotación ganadera y un almacén agrícola.

La Guardia Civil insta a los vecinos a denunciar cualquier movimiento sospechoso del que sean testigos, pero cada vez cuentan con menos efectivos para vigilar adecuadamente los lugares susceptibles de sufrir estos asaltos.