Fue la última jornada en los juzgados de la plaza del Pilar, pero no por ello las vistas en el Penal 9 fueron más suaves de lo habitual. Ocho vistas relacionadas con violencia de género, amenazas y quebrantamientos de condena, en casos a cual más escabroso.

Así, una mujer pidió tres años de cárcel y otros tres de alejamiento para su expareja, que según aseguró --tanto ella como su familia-- le envió repetidos mensajes amenazantes por WhatsApp al teléfono móvil, entre ellos una fotografía de dos pistolas y unas balas formando la frase Te amo. Tras lo cual, le indicaba que "si me fallas, todas estas serán para ti". También le escribió, según narró, para que se volviera en la calle --teniendo ya orden de alejamiento-- y le viera, mientras cantaba y gritaba que había tardado poco en "echarse novio nuevo". El acusado admitió algunos mensajes, pese a la prohibición de comunicación, pero negó que quisiera amenazarla. "Antes me cortaba las manos que tocarla", reiteró en su último turno de palabra.

En otra de las vistas, una mujer narró --no quería declarar, pero le obligaba el haberse personado como acusación particular-- cómo su pareja, al decirle que bajara al bar a desayunar, comenzó a insultarla para que la dejara en paz y la abofeteó, empujándola contra la cama y diciéndole que el hijo que esperaba probablemente sería de otro que se había "tirado a todo el barrio". Afronta por ello una pena de un año de cárcel y otro de alejamiento.

En otro de los casos, pese a que tanto el acusado como su pareja negaron la agresión --aseguraron que gritaron, en la parroquia de la calle Unceta, porque a ella le habían robado el bolso--, el testimonio de dos voluntarias de Cáritas que detallaron golpes en la espalda y la cara le valió al hombre una petición de condena de un año de cárcel y tres de alejamiento, por reincidencia.