El Instituto Nacional de Consumo, tras una reunión de la Comisión Técnica para la Seguridad General de los Productos celebrada en junio de 1998, ya recomendó prohibir la comercialización de los productos a base de ácido sulfúrico. Pero la recomendación no es vinculante, y no se tuvo en cuenta. El organismo exponía que ya hace 16 años eran "numerosos" los casos denunciados ante él y en el Servicio de Información Toxicológica sobre accidentes con estos desatascadores. Ya alertaba de que "un etiquetado completo sobre su uso correcto, precauciones y medidas a tomar (...) no puede evitar los riesgos inherentes del mismo en las condiciones de utilización en el lugar en que se aplica". El producto no aparece en la lista de alertas de Consumo publicada en su web, ni en Aragón ni en otras comunidades. Sí hay, sin embargo, un precedente de otro desatascador con una concentración de ácido del 70% que fue retirado del mercado en Andalucía, al parecer por incidentes similares.