Coordina un taller literartio en el Pigantelli, donde recientemente se conmemoró el 50 aniversario de 'Rayuela', del argentino Cortázar. Jorge es profesor y acaba de publicar 'Las hadas muertas'
--¿Rayuela es para leer en la cama?
--No. Es una lectura para leer en las colas de los cines, en el autobús, esperando el tranvía...
--¿Lo dice porque le viene bien la interrupción?
--Lees un trocito y lo digieres, le das vueltas, lo piensas, y te invita a leer el siguiente. Es una novela muy lírica.
--¿Se ha vuelto a poner de moda?
--No tanto Rayuela como los cuentos. Estamos volviendo a un mundo fantástico, en el que cualquier cosa le puede suceder a cualquier persona; y eso es Cortázar en estado puro.
--A lo mejor Rayuela es una novela (?) a la que le falta todavía tiempo. Que se adelantó...
--Yo creo que le faltan lectores con paciencia, y ganas de hacer un bricolaje literario. Y jugar. Hemos perdido esa noción de juego con la literatura, nos tomamos la vida demasiado en serio.
--¿La literatura entonces como algo que añade más que algo que divierte?
--La literatura te añade siempre, pero que no sea un trabajo añadido. Te hace más listo, sin duda.
--Dicen que la literatura tiene los días contados...
--¡Al revés! La gente cada vez lee más. Las presentaciones de libros están a reventar, los talleres de lectura funcionan, los chavales de la escuela...
--Pero dicen que el día en que no lean las mujeres se acabará la literatura.
--Algo de eso hay; en mi taller vienen cien personas y noventa son mujeres. Y de todas las edades.
--¿Cómo se apunta uno a su taller?
--Yendo al centro Pignatelli. Y preguntado por el taller. Son 30 euros al año más los libros.
--¿Cómo se hace un taller?
--Escuchando cómo la gente lee. Y dejándoles hablar. Cada mes leemos un libro, hacemos una pequeña guía de lectura en un blog, y nos reunimos a comentarlo. Vienen cerca de setenta personas y funcionamos a la carta: al deseo de lo que interesa a la gente.
--¿Cree que los ebooks restan público al libro de papel?
--La gente prefiere el libro de papel. Y suele combinar las dos cosas. Si descarga un libro y le gusta se lo compra en papel, hay un poco de fetichismo.
--Escribe usted...
--Sí, hago crítica literaria y escribo ensayo y novela.
--Las hadas muertas. Pero hombre...
--(risas) Es un cuento de hadas ambientado en el barrio de las Fuentes. Niños abstenerse.
--¿Ha saludado a Jorge Sanz?
--¡No y me gustaría!