A todo turista que se precie le gusta una buena historia, pero al visitante chino más. Encontrar y traducir estas historias para el mundo asiático es una de las labores de la empresa En clave china. Una apuesta emprendedora made in Zaragoza de dos jóvenes que han querido aprovechar su experiencia en China para asesorar a empresas, particulares e instituciones en su desembarco en el mercado chino. El propio Ayuntamiento de Zaragoza está haciendo uso de sus servicios para la adaptación de rutas turísticas que permitan atraer a estos visitantes, que cuentan con un gran potencial económico.

De las diferencias culturales e idiomáticas entre ambas culturas surgió precisamente En clave china, una idea que nació bajo el paragüas del semillero de ideas de Zaragoza Activa y que obtuvo incluso una mención honorífica en el concurso de ideas emprendedoras. Las alma mater de esta idea son María Cortés, coordinadora del área de Turismo y Formación, y Begoña Arenaz, responsable de Comercio Exterior y Local. Ambas con una dilata experiencia formativa en este país asiático.

"En turismo hemos iniciado la adaptación de Zaragoza como destino. Trabajamos con Zaragoza Turismo y Turismo de Aragón en el diseño de producto turístico para luego moverlo por agencia de viaje chinas", relata María. De este modo, desde la empresa buscan un equilibrio entre adaptación y promoción, ya que, asegura, "no sirve de nada la una sin la otra".

Una labor de adaptación

¿Por qué es necesaria esta labor previa? Porque las culturas son muy diferentes. "Hay que tener en cuenta que el turismo religioso es desconocido para ellos. Por ejemplo, los puedes enseñar la basílica del Pilar, pero se lo tienes que contar de otra forma. Les puede gustar verla. pero desde el punto de vista de la historia, la leyenda, la narración, el tamaño de la plaza, la historia de las bombas que cayeron y no explotaron...", relata. "Aprecian más esa parte de historieta que la devoción religiosa. Se trata de darle importancia a esas pequeñas historias", añade.

Lo mismo sucede con la gastronomía. En clave china ha adaptado también el folleto de la ruta hostelera de la ciudad para adaptar la información y seleccionar lo más interesante desde el punto de vista de estos visitantes asiáticos. "No les suele gustar el queso y les gustan los sabores agridulces. En la presentación en Fitur funcionó, por ejemplo, una tapa de ternasco lacado a la miel. Eso le dio un gusto más agrio a un producto muy aragonés y les encantó", explica María.

De igual modo, recomiendan a restaurantes y hoteles que tengan alternativas a los lácteos, ya que en general la leche de vaca ni les gusta ni les sienta bien. "De lo que más se quejan es que los destinos no están adaptados, que no tienen información en su idioma y que, en definitiva, no están adaptados a sus peculiaridades. Por otro lado, les suele llamar la atención la extroversión, la amabilidad, el hecho de que la gente les mire y les sonría", indica.

Por eso, desde su labor como asesoría aseguran que Zaragoza tiene muchos puntos fuertes para atraer a este mercado. Como su tamaño. El objetivo es que las agencias y turoperadores en España incluyan medio día o un día completo en la capital aragonesa, con un perfil de turista que ya ha viajado por Europa, por las grandes urbes, y prefiere ver otras cosas. De clase media-alta y que viaja en grupos reducidos.

"Ahora no paran porque es una ciudad desconocida pero creemos que les puede gustar mucho porque es muy segura frente a Madrid y Barcelona, la pueden ver caminando, les sorprenden mucho los cielos azules, el estilo elegante y el carácter afable de la gente. También les llaman la atención los negocios familiares", indica María Cortés. En definitiva, casi todo contado con una historia.