-Le recuerdo cantando en Séptimo de caballería, de Miguel Bosé. Desde entonces ha desaparecido la música de la tele.

-España es el único país del mundo donde no hay música en la televisión. Quiero decir, que no forme parte de un reality. Ni a Serrat quieren ahora.

-¿Pero no se hace porque no gusta o porque creen que no gusta?

-Porque no les da la gana. Aquí sale música y lo ven tan raro que desconectan. Pero porque no hay hábito. Como si un día dejaran de poner películas.

-Le apasiona Frank Zappa: ¿lo vio en el 74 en Badalona?

-No, yo lo vi en Madrid en el 79. Ahora casi nadie sabe quién es, ¡pero cuando vino a Madrid metió diez mil personas!

-No sé si la música es para usted un desahogo de la televisión o viceversa.

-La televisión es concentración; la música, desahogo. Llegas cansado del curro, del viaje, pero subes al escenario y te quedas nuevo. Me veo jubilado con 80 años tocando en un bar.

-¿Por qué siempre llora de que le echan de todas las cadenas? En La Sexta ya lleva ocho años.

-Hombre, porque algún día te tienen que echar. Por desgracia no soy hijo del dueño y llega un día que te quitan y ponen a otro. Pero no me puedo quejar: el programa nació con la cadena y tuvimos la suerte de que aguantaron el tirón porque el primer día hicimos un 0.1 de audiencia.

-¿No le apetecería cambiar?

-En la televisión, como sabes que finalmente te van a echar, esperas que otro tome la decisión por ti. Yo creo que en El Intermedio hemos durado el doble.

-He leído que Hermann Terstch le va a exigir que le pague por parodiarlo en El Intermedio.

-¡Pero hombre, si Terstch se caga también en los propios compañeros de su tertulia! ¡Llama mamarrachos a los tíos que tiene a su lado!

-Lo están convirtiendo ustedes en una estrella

-Probablemente. Me lo decían cuando sacábamos en Caiga quien caiga a Esperanza Aguirre, que me parece un ser ridículo que no debería estar donde está, pero a la gente le hacía gracia. Si les hace gracia es que tenemos un problema

-¿No le ha invitado Terstch a su programa?

-¡Pero si he tenido que ir a un juicio porque me demandó!

-¿Y le invitaría usted al suyo?

-Me cae muy mal. Pero no por lo que dice, sino porque no se cree lo que dice. Este hombre fue subdirector de El País, llevaba internacional. En cuanto salió de allí se dio cuenta de que era de extrema derecha.