Abdel Roca Tijuelo es uno de los dos procesados por la muerte de un empresario zaragozano que fue sepultado bajo una capa de cemento en un cibercafé de la calle Navas de Tolosa, en junio del 2012. Este hombre vuelve a proclamar su inocencia.

En un escrito enviado a la Audiencia Provincial de Zaragoza ante el inminente juicio, su abogado, Ignacio Pérez Santander, asegura que no tiene nada que ver con este asesinato y que no se debe asegurar que su marcha a Cuba fuera por una huída del país. Este letrado resalta que "decidió dejar España ante la situación económica actual". "Por ello comenzó a liquidar negocios con Rubén Fauste Elvira --el fallecido--.

El letrado reconoce que Abdel Roca Tijuelo estuvo el día del crimen y que quedó con la víctima, pero porque le iba a prestar un vehículo para ir al consulado en Barcelona para terminar unos trámites. De hecho, quedaron en el lugar donde se encontró el cadáver, en el cibercafé situado en el barrio de Delicias de la capital aragonesa.

También rechaza que él le robara joyas al empresario, tal y como manifestó la novia de Rubén Fauste Elvira. De hecho, mantiene que mintió cuando manifestó que el reloj Rolex que fue encontrado en su casa era propiedad de la víctima o que Rubén Fauste nunca dejara vehículos a nadie. Todo ello lo hace, entiende el abogado, "para probablemente evitar que la investigación pudiera segur en direcciones que le fueran más perjudiciales".

José Luis Melguizo, que actúa en defensa del otro de los procesados, José María Hurtado Serrano, en el caso de la muerte del empresario, también rechaza las acusaciones de Fiscalía y acusación particular, ejercida por Juan José Serra.

PRISIÓN Los dos procesados se encuentran desde que fueron detenidos en prisión provisional. Podrían quedarse una buena temporada si son condenados, ya que el ministerio público solicita para cada uno de ellos 23 años de prisión y el pago de una cantidad económica que alcanza los 164.000 euros y que deben destinarse a los familiares. Mientras, desde la acusación se eleva la solicitud a 30 años y una indemnización de 19.995 euros a los padres.

Las acusaciones señalan que los tres se encontraban en el cibercafé, cuando Abdel Roca Tijuelo le asestó a la víctima un hachazo en la zona trasera de la cabeza "que si bien no le causó la muerte inmediata sí le produjo una agonía indescriptible, para posteriormente, encontrándose este todavía en el suelo, asestarle un total de doce hachazos adicionales en el mismo lugar". Después, ambos acusados sepultaron en cemento tras la barra del local tanto el cadáver como la supuesta arma homicida utilizada.

Tras ocultarlo, supuestamente sustrajeron todo el dinero y bienes de la víctima, que trabajaba como representante de joyas, antes de huir, por separado, a Cuba y Estados Unidos, respectivamente.